En 2012 se detectaron unas 160.000 infracciones con los dispositivos fijos.
La Dirección General de Tráfico (DGT) modificará entre este año y el próximo la ubicación de una veintena de radares en Galicia, según ha confirmado a Europa Press el jefe provincial de Tráfico en A Coruña y coordinador en la comunidad autónoma gallega, Pedro Pastor. Solo en el último año en Galicia los radares fijos detectaron unas 160.000 infracciones por exceso de velocidad.
Junto al cambio de algunos radares, se acometerá o se ha hecho ya la instalación de otros nuevos –entre dos o tres– de los que alguno ya está instalado como el ubicado en los accesos a la ciudad de A Coruña, en la zona de Palavea.
En declaraciones a Europa Press, Pedro Pastor ha señalado que el objetivo de esta reubicación de radares obedece a diversas razones. «O bien que el tráfico se ha modificado y no soporta el mismo volumen de circulación o que no hace falta que esté ahí», ha sentenciado.
Pastor ha precisado que estos cambios se concretan en las reuniones que celebran periódicamente los jefes de los distintos subsectores «porque se ha detectado que hay accidentes o problemas».
MÁS DE 50 CABINAS
La DGT tiene instalados en la red viaria gallega 56 cabinas, que pueden disponer o no de los dispositivos de medición de la velocidad al irse cambiando en función de las necesidades que se vayan detectando y de la siniestralidad vial.
Por provincias, 20 están ubicadas en A Coruña; 13 en Lugo; 9 en Ourense y 14 de Pontevedra. En total, hay 29 radares, de los que 10 están en la provincia coruñesa; siete en la de Lugo, cinco en la de Ourense y siete en la de Pontevedra.
En los accesos a la ciudad de A Coruña, ya se ha producido el cambio de ubicación del instalado en Perillo, a la altura del municipio de Oleiros, mientras que se ha instalado uno nuevo en la AC-11, en dirección entrada a la ciudad.
CAMBIOS DE RADARES
Sobre las modificaciones previstas, en la provincia de A Coruña serán tres los radares que cambiarán –o lo han hecho– de ubicación. En la de Lugo serán seis; en la de Ourense tres y en la de Pontevedra ocho.
Su ubicación se determina en función de la necesidad de «controlar la velocidad de tránsito». El coordinador de la DGT en Galicia insiste en que son eficaces «en tanto reducen la velocidad, motivo directo o coadyuvante de un gran número de accidentes».
Sobre los que ven en estos dispositivos un sistema recaudatorio, Pastor rechaza este argumento y subraya el hecho de que los radares fijos estén señalizados.
«Si no se adapta la velocidad a lo que la ley establece es porque no se quiere», subraya, al tiempo que insta a cumplir la ley «y no habrá multas», en respuesta a este argumento y al defender las ventajas de reducir la velocidad para evitar accidentes.