Una genial serie británica. Mr. Bates y la oficina de correos. (Pedro Sande)

Al contrario de lo que ocurre con la gastronomía del Reino Unido, que goza de una pésima reputación, las series británicas poseen un excelente prestigio desde mucho antes de que surgieran las nuevas plataformas que nos han invadido con miles de series. En el caso de la gastronomía mi experiencia ratifica esa reputación, aunque debo reconocer que al haberme criado en la riqueza de la gastronomía española, empequeñece a cualquier otra cocina. Con las series británicas me ocurre todo lo contrario, creo que su enorme calidad eleva a los seriales del Reino Unido a lo más alto del podio.

«Mr. Bates y la oficina de correos», una miniserie de 4 capítulos, es un ejemplo más del excelente oficio de la producción británica. James Strong, director de la serie que participio como codirector en la magnífica «Dowton Abbey», dirige a un elenco de actores que en muchos momentos parecen ser los auténticos personajes de esta trágica historia real que narra no solo uno de los mayores errores judiciales del Reino Unido, también, una de las mayores tropelías cometidas por una empresa privada, Fujitsu en este caso, con la complicidad de la Oficina de Correos del Reino Unido.

Algo que da por hecho la serie es que todos somos ciudadanos británicos y por lo tanto conocemos el funcionamiento de las oficinas de correos de la Gran Bretaña.
Permítanme unas palabras para clarificar dicho funcionamiento. Las más de 15000 oficinas repartidas por toda la geografía británica, no solo se dedican al reparto del correo postal, también son pequeños establecimientos autorizados para prestar servicios como realizar el pago de pensiones y prestaciones. Aunque la Oficina de Correos es una empresa pública estatal la mayoría de las oficinas son pequeñas empresas privadas que funcionan de manera similar a una franquicia y sus propietarios son pequeños autónomos, no funcionarios, que corren con las pérdidas y ganancias que la pequeña empresa les proporciona.

A los diez minutos de comenzar el primer capítulo tuve que dejar de verlo ante la incomodidad que me produjo las primeras secuencias de la serie. No ocurrió porque las imágenes me perturbaran, fue la magistral forma de contar el drama lo que manipulo mis sentimientos. Pasaron dos días y retome ese primer capítulo, les aseguro que partir de ese momento no me causó ninguna molestia ser consciente de esa posible manipulación. Utilizo el término manipular no como una distorsión de la verdad, lo utilizo alabando el excelente trabajo del director, los guionistas y actores que consiguen que a través de la magnífica puesta en escena son capaces de perturbar mis sentimientos hasta el punto de conseguir que me sienta incómodo, indignado y me van a permitir que utilice un término tan español como cabreado. Es curioso cómo se puede, a la vez, disfrutar y sentirse irritado. No vayan a pensar que soy un masoquista, todo es culpa de una tremenda historia narrada de forma extraordinaria.

Toby Jones, actor británico con una extensa filmografía y con varias nominaciones a los Globos de Oro y a los premios Bafta, da vida al personaje principal de esta historia, Alan Bates, subdirector de una de las oficinas afectadas, que siendo uno de los primeros perjudicados lideró, durante más de 20 años, la lucha de más de quinientos afectados hasta conseguir que se hiciese justicia. Justicia que no llegó a todos los perjudicados ya que de los setecientos que fueron hallados culpables ante la justicia, más de doscientos estuvieron encarcelados y cuatro de ellos se quitaron la vida.

Acompañan a Toby Jones una genial Mónica Dolan, sin duda la auparía al nivel más alto de la interpretación en la serie, y continuando con el reparto Julie Hesmondhalgh, en el papel de la mujer de Alan Bates, Lesley Nicol (la cocinera de «Dowton Abbey«) y el conocido Alex Jennings. Todos ellos configuran un sobresaliente elenco que, en el caso de que se animen a ver los cuatro capítulos, les harán disfrutar y a la vez sentirse enfadados, irritados, enojados y mosqueados. Palabras todas ellas sinónimos, según la RAE, del término tan español que utilice para transmitirles mi estado de ánimo con esta excelente serie.

Cuídense mucho.

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