José María González Llanos y Caruncho nació en Ferrol el 27 de junio de 1889 (+ Ferrol, 14 de octubre de 1990). Contralmirante honorario de la Armada e ingeniero naval. Director de Bazán , fundador de Fenya y Astano. Medalla de plata de la ciudad de Ferrol (1943) e Hijo Predilecto (1968).
Sus padres fueron doña Humbelina Caruncho y don Carlos González-Llanos y Alesson, contralmirante. Perteneció a una familia de arraigada tradición marinera.Cuatro de sus hijos ingresaron en el Cuerpo General de la Armada y tres ingenieros navales, uno de ellos, Joaquín, fue alcalde de Ferrol..
Ingresó en la Armada como aspirante a los 14 años y, finalizados los estudios en la Escuela Naval, fue promovido a alférez de navío en el año 1919. A partir de esa fecha embarcó en los siguientes buques: crucero Reina Regente; acorazados Alfonso XIII, España y Jaime; cruceros Carlos V y Cataluña; contratorpedero Proserpina, y en el cañonero Marqués de la Victoria; mandó el Torpedero núm. 2 y, accidentalmente, la Flotilla de Submarinos y Torpederos con base en Ferrol.
Durante la Guerra de Marruecos (años 1921 y 1922) participó a bordo del acorazado Alfonso XIII en la campaña de reconquista de la zona de Melilla y en las operaciones de Tiguisas y Wed Targa (Tetuán), por la que obtuvo la Cruz Roja del Mérito Naval.
Durante los años 1924 y 1925 efectuó los estudios de ingeniero electricista en el prestigioso Instituto Internacional de Montefiori (Universidad de Lieja), siendo el número uno de su promoción, lo que le valió la concesión de la Cruz Blanca del Mérito Naval (R. O. 20 de enero de 1926).
De regreso en España, ingresó en la Academia de Ingenieros de Ferrol, obteniendo el título de ingeniero naval en el año 1928, sin ingresar en el Cuerpo de Ingenieros Navales de la Armada. Hemos de recordar que con la promulgación del R. D. Ley de 15 diciembre de 1926 se impidió el ingreso en el Cuerpo de Ingenieros Navales de la Armada, aunque la Academia siguió impartiendo sus clases para la obtención del título de ingeniero naval civil hasta el año 1932, en que el Gobierno de la segunda República dispuso el cierre de la citada academia, creando la Escuela Especial de Ingenieros Navales, con sede en Madrid.
Asciende a capitán de corbeta el 15 de enero de 1929. En el citado año, siendo director su amigo Juan Antonio Suanzes, pasa a prestar sus servicios a la Sociedad Española de Construcción Naval como jefe de los servicios eléctricos; en 1931 como ingeniero jefe de los trabajos del astillero; en 1933 como ingeniero jefe del astillero, y en 1935 como director de la Factoría de Ferrol. En estos destinos ha tenido una participación directa en el proyecto y construcción de varios buques de la Armada, principalmente de los cruceros Baleares y Canarias, que fueron modélicos en su género. Como es sabido, este último fue botado en el año 1931.
Meses después del inicio de la guerra civil se reintegró a su puesto de director de la Factoría habilitado de capitán de navío.
Hemos de indicar que al iniciarse la Guerra Civil la mayoría de los ingenieros y técnicos británicos se marcharon a su país y la constructora fue incautada por el Estado dada su importancia vital como industria de guerra. Además de las obras navales, se modernizan las instalaciones en tierra, se construye un muelle y se levantan nuevos talleres, como los de Maquinaria, Calderería, etc., sin olvidar los aspectos organizativos y humanos.
Creación de la Escuela de Aprendices
Una de sus iniciativas más importantes fue la creación de la Escuela de Aprendices (año 1938), con el fin de preparar teórica y prácticamente a los empleados y operarios, por lo que pudo calificarse a este centro como un precedente de las universidades laborales creadas más tarde por el Gobierno.
Después de terminada la Guerra Civil se inicia un plan de nuevas construcciones, bajo la dirección de don José María: ocho cañoneros tipo Pizarro, nueve destructores tipo Audaz y otros nueve tipo Oquendo, además de la gran reparación de los cruceros Galicia y Miguel de Cervantes, que se encontraban retenidos en la Base Naval de Bizerta y que fueron devueltos al Gobierno español, encontrándose en pésimas condiciones.
En el año 1942 se firmó un importante contrato de asistencia técnica con dos industrias francesas para construcción de turbinas en la Factoría. La gran actividad desarrollada en el decenio 1936-1946 fue condensada en un voluminoso trabajo (siete volúmenes más uno de información gráfica) y presentado por don José María al Tercer Congreso de Ingeniería Naval celebrado en Madrid(1948).
Además de la ingente labor desarrollada por don José María en la Factoría durante estos años, hay que reseñar la fundación de la empresa Fabricaciones Eléctricas Navales y Artilleras (FENYA), que tuvo una gran proyección nacional e internacional, con explotación de patentes propias en una amplia gama de equipos eléctricos con destino a las Fuerzas Armadas, principalmente.
Fundación de Astano
En el año 1949 cesa voluntariamente en la dirección de la Empresa Nacional Bazán de Ferrol para dedicarse íntegramente a la gran empresa fundada por él, partiendo de un modesto tinglado de carpintería de ribera que lo va a convertir en unos años en uno de los astilleros más importantes del mundo: Astano.
La enorme capacidad de González-Llanos, su excelente preparación técnica y su gran experiencia como director de la Empresa Nacional Bazán durante veinte años, hicieron posible este gran avance de la industria naval española, que repercutió en toda la zona de Ferrol, elevando su nivel de vida y dando trabajo a muchas personas.
El petrolero Arteaga
La gran etapa de Astano se centra en la construcción de los grandes petroleros para la compañía Gulf, entre otras, de 360.000 t, como el Arteaga, cuyo lanzamiento constituyó un acontecimiento de repercusión internacional, desplazándose a Ferrol numerosos ingenieros extranjeros, algunos japoneses, que dudaban del éxito de la botadura, que fue satisfactoria.
No se descuidó el aspecto social de la empresa que dirigía, fomentando la creación del fondo de previsión social, la construcción de viviendas para los empleados y numerosas ayudas al personal.
Interesa destacar el testimonio de uno de sus alumnos en la Escuela Superior de Ingenieros Navales, posteriormente colaborador directo de Astano, Ramón de Vicente, que relataba el gran afecto que le tenían sus subordinados, a quienes conocía por sus nombres y apellidos. Una prueba más nos la ofrecen testigos presenciales de un hecho significativo: con motivo de una manifestación convocada por los sindicatos obreros, años después de retirado, cuando pasaba por delante de su casa, sita en la esquina del Cantón de Molins, en Ferrol, se le ocurrió asomarse al balcón, y aquella multitud, al advertir su presencia, prorrumpió en aplausos y vítores hacia el que había sido su director, continuando luego su marcha.
Una faceta menos conocida fue su vocación docente. Profesor de la Academia de Ingenieros y Maquinistas, donde estudió, catedrático de la Escuela Superior de Ingenieros Navales de Madrid, desde 1947 a 1961, es autor de un excelente Tratado sobre Máquinas Eléctricas, en tres tomos, que fue declarado texto oficial en la citada escuela.
Es autor de numerosos artículos publicados en revistas de su especialidad, así como de ponencias en diversos congresos nacionales e internacionales a los que concurrió. Fue presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles de España, etc.
Ascendido a contralmirante honorario en 1958, estaba en posesión de numerosas condecoraciones, nacionales y extranjeras.
La estatua
Su memoria ha querido perpetuarse al erigirse una magnífica estatua de él en el barrio de Esteiro de Ferrol, gracias al tesón y entusiasmo del presidente de su asociación de vecinos, Manuel Miraz Fernández, que en su juventud fue alumno de la Escuela de Aprendices y empleado durante cincuenta años en la Empresa Nacional Bazán, consiguiendo interesar a las fuerzas vivas de la ciudad y lograr así el noble propósito de perpetuar la memoria del que fue hijo predilecto de la ciudad de Ferrol. Fue por suscripción popular y el concello aportó cuatro millones y medio de pesetas.
Fue nombrado presidente de honor del Real Coro “Toxos e Froles” (1974).
La Universidad otorga un premio con su nombre.
RESPETO PARA LOS VENCIDOS
De él contaba Siro, un hombre ligado en aquellos tiempos al PSdG «Quero subliñar o respecto e a consideración que González-Llanos tivo para os vencidos na Guerra Civil e os non adictos ao Réxime. Des que teño memoria destas cousas oín contar que nunha botadura en Bazán, Franco preguntoulle se había moitos roxos na empresa, e Llanos respondeulle escuetamente: «Suficientes, excelencia». Sabido é que os non readmitidos na Constructora pola folga do aceite, entraron en Astano, e que maquinistas navais expulsados por servir en barcos da República, entraron en Fenya e Astano. Teño, ademais, unha experiencia familiar».
«Meu pai e González-Llanos eran da mesma idade e de rapaces xogaron ao fútbol en equipos distintos. Nun dos enfrontamentos, meu pai meteu varios goles, Llanos felicitouno, e dende entón se saudaron cun aceno cortés. Chegou a guerra, meu pai foi ao cárcere e, ao saír, cabo de catro anos, abatido e enfermo, fixo o que tantos outros: agardar ao director da Constructora no portal da casa para lle pedir traballo. En canto Llanos viu a meu pai foi dereito a el, escoitouno e díxolle que se presentase o día seguinte na oficina de dirección.
Meu pai, albanel de profesión, entrou na Constructora e eso salvoulle a vida, pois meses despois tiña que encamarse durante dous anos, cunha tuberculose avanzada. Hai débedas de gratitude que nunca se pagan».