Adjudicada la redaccion del proyecto del nuevo Edificio de Investigación e Innovacion, del Campus de Esteiro

Proyecto nuevo edificio. Portada

La Universidade da Coruña da un paso más en la materialización del nuevo Edificio de Investigación e Innovación en la Industria (EI3), del Campus Industrial de Ferrol con la adjudicación de la redacción del proyecto básico y de ejecución a favor de la UTE Edificio EI3 integrada por Díaz y Díaz Arquitectos (A Coruña), por la empresa de ingeniería G.Lo.C (Vigo) y más por la UTE Alejandro Rodríguez Tarrío.

El nuevo Edificio de Investigación e Innovación en la Industria se construirá en Ferrol en la Avenida de Esteiro, delante de la Facultad de Ciencias del Trabajo y de la Facultad de Enfermería y Podología, y servirá para ampliar el campus y potenciar sus capacidades investigadoras.

El pasado mes de mayo, la Universidade da Coruña licitó la redacción del proyecto básico y de ejecución del EI3 por un importe de 900.000 euros. Una vez cerrado el período de presentación de solicitudes, fueron seis las candidaturas admitidas entre las que figuraban
estudios de arquitectura y de ingeniería tanto de Galicia, como de Navarra, Andalucía o Madrid.

Se adjudicó a la UTE Díaz y Díaz, Alejandro Tarrío, GOC por un importe de 719.998,40 euros, quien tendrá ahora un plazo para la redacción del proyecto básico y de ejecución de cuatro meses.

Abrir el campus

Alzado frontal

La propuesta es abrir el campus de Ferrol para lo cual se plantea el edificio como un atrio de entrada a la universidad, como conexión entre el campus y la ciudad, que da continuidad al espacio urbano en su interior. La pieza central que vertebra el edificio es una gran caja de cristal que funciona como atrio. Un prisma adaptado a la parcela con un soportal en la parte baja que de continuidad al edificio con el resto de edificaciones en la Avenida de Esteiro.

Se proyecta un edificio concordante con los existentes en altura y volumen, pero la diferencia del resto se le dota de un carácter más permeable y humano, permitiendo generar una relación entre el espacio residencial y el docente universitario, convirtiéndose en nexo como un nuevo elemento de transición a modo de puerta de acceso a la universidad. El edificio, de 11.670 metros cuadrados construidos, se estructura en dos sótanos para aparcamientos y almacenes; una planta baja en la que estará el atrio, la recepción, auditorio y otras dependencias; y seis plantas para laboratorios, despachos colaborativos, salas comunes y otras instalaciones.

Se planteó un edificio siguiendo una serie de estrategias que atiendan a las necesidades de las personas, tanto de los usuarios habituales como de los que puntualmente hagan uso de este. Para eso, se proponen la creación de espacios con carácter social que permitan la conciliación familiar, como salas de lactancia; el descanso, con espacios comunes como la terraza de la cubierta; y la interacción entre usuarios, con espacios de coworking en los que se fomenta el trabajo colaborativo.

Además, para fomentar la colaboración entre los usuarios se opta por una solución de espacios abiertos, tanto arquitectonicamente, eliminando barreras, como visualmente, con el uso de vidrio como tabiques, o relacionando espacios en diferentes alturas, generando diagonales que permitan ver desde diferentes plantas otros espacios. Otra forma de fomentar la colaboración es generar espacios de trabajo abiertos, salas de reunión, coworkings y espacios para empresas. En la propuesta se hizo una distribución de espacios en planta diferenciando dos zonas, una de trabajo, docencia e investigación destinada más a los usuarios habituales de la universidad y otra más pública, vinculada a usuarios puntuales, la empresas y entidades externas. Estos dos espacios se cosen por unas pasarelas que vuelan sobre el atrio central, dándole al conjunto una continuidad visual, espacial y funcional.

La racionalidad técnica de las soluciones constructivas plantea una estructura con sistemas preindustrializados que facilitan la construcción y la hacen más eficiente y económica, reduciendo en un 40% aproximadamente el tiempo de construcción, haciendo la fase de construcción más segura al poder controlarse mejor los tiempos y sistemas de montaje. El EI3 se proyectó como un referente en materia de sostenibilidad dentro del campus verde de Ferrol, un edificio autosustentable y autosuficiente en cuanto a la demanda y generación de energía.

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