El área sanitaria de Ferrol trabaja en la creación de un Comité de Dolor Oncológico. Este tipo de dolor es uno de los principales criterios de derivación preferente a la Unidad de Dolor del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol junto con el dolor neuropática, la producida por lesión o enfermedad del sistema nervioso.
Así lo exponían en la mañana de este viernes, en una sesión clínica general en el salón de actos del Hospital Arquitecto Marcide, las profesionales de Anestesia Beatriz Bernaldo de Quirós y María Casero Flórez, que recordaban a todos los compañeros del área Sanitaria que es la Unidad del Dolor, cuáles son sus funciones, y cuáles son los criterios de derivación a esta Unidad desde los distintos Servicios.
Estas profesionales incidieron en que existen hojas de derivación y algoritmos aplicables para ayudarles a saber cuándo derivar a un paciente a la Unidad del Dolor, sobre todo aquellos pacientes en los que el dolor puede reflejar patologías graves o en los que su detección y atención a tiempo impide su cronificación. Comenzaron la sesión ayudando a diferenciar cuál es el dolor patológico y cual no, describiendo cada una de ellas. Expusieron las distintas metodologías y escalas para que el profesional de los centros de salud y de otras especialidades puedan concretar cuándo es necesario llegar la esta Unidad, que tiene en muchos de los casos un carácter de tercero escalón de derivación de lumbalgias tras especialidades como Traumatología o Rehabilitación.
«El dolor es la principal causa de consulta tanto en primaria como en especializada», afirmaron este viernes. Lo más frecuente a la la lumbalgia, de hecho «el 80% de la población tendrá algún episodio de lumbalgia en su vida, pero solo entre lo 15% y el 20% del mismo es prolongado». Con este punto de partida definieron los tipos de dolor, y cuáles son aquellos que deben llegar a la Unidad, como por ejemplo los que no habían respondido a tratamientos analgésicos previos; a los que se le habían hecho las pruebas y comprobaciones en base a las citadas hojas y algoritmos; «pacientes que ya agotaron las posibilidades de tratamiento previas o llegaron al techo terapéutico, como puede ser la intervención quirúrgica»; y, también, a los que haya que aplicarles directamente técnicas intervencionistas para su reducción.
Recordaron que desde el año 1994 no se reconoce el dolor solo como un síntoma físico si no que se le da también «relevancia al componente emocional», por lo que precisa un abordaje multidisciplinar. Justo en esta línea, el responsable del Servicio de Anestesia y Reanimación del CHUF, Francisco Castro, subraya que se está trabajando ya con diversas especialidades, como Oncología, Farmacia, Enfermería y profesionales de los centros de salud, entre otros, en la creación de un Comité de dolor oncológico, ya que es una de los dolores candidata la esta Unidad. De hecho, el mencionado dolor neuropática, explicaban esta mañana, tiene una prevalezca de entre el 7 y el 10% de los casos de dolor, pero el 40% de ese dolor neuropática es de origen oncológico.
Unidad especializada e intervencionista
La Unidad del dolor en Ferrol comenzó su andadura a principios de los años 80, fue una de las primeras de España en configurarse, y desarrolla todos los tratamientos, tanto desde el punto de vista farmacológico como de técnicas mínimamente invasivas que existen. Como indicaban las profesionales en la sesión clínica general «es muy potente y referencia en muchas técnicas». Es referencia también para formación MIR tanto de esta cómo de otras áreas, subrayaron este. La Unidad del dolor, explicaban, «tiene una esencia fundamentalmente intervencionista» para sustituir o retrasar algunas intervenciones quirúrgicas.
Se realizan bloqueos, tanto diagnósticos como terapéuticos con ozono, con anestesia local o corticoides o con fármacos neurolíticos. También radiofrecuencia o técnicas más invasivas y novedosas como la neuroestimulación, discolise, o infusión espinal. Los y las profesionales de la Unidad valoran exhaustivamente que técnica es la más idónea para cada caso. Todas estas técnicas y posibilidades se aplican fundamentalmente, como ya se decía, a los dolores de los huesos y músculos, al dolor producido por alguna patología oncológica, al dolor neuropática, o a los trastornos vasculares, fundamentalmente, y entre otras. Como ellas mismas resumieron “el dolor crónico es una enfermedad en sí misma y precisa de tratamiento con abordaje multidisciplinar”.
La Unidad del dolor se trasladaba en el 2010 al Hospital Naval; y, con este cambio, ganó en espacio y oferta asistencial puesto que duplicó su número de consultas, pasando de dos la cuatro para los facultativos especialistas. Además, la actividad se hizo más operativa puesto que se incluyó un quirófano en la misma Unidad, con el que, al tener todo habilitado en el mismo espacio, se articuló una metodología de trabajo más efectiva, y se tradujo también en mayor comodidad para los pacientes. Junto con esto, se habilitaron también dos salas de bloqueos (técnicas para el tratamiento del dolor) según la complejidad, una para bloqueo menor y otra para bloqueo mayor. Antes contaba solo con una.
Esta Unidad realiza unas 1.230 consultas anuales; en el entorno de las 400 pruebas y técnicas en quirófano y unas 1.050 técnicas fuera de los quirófanos. La patología más habitual suele ser la lumbar y la discal, seguida en tercer lugar por el dolor neuropática.