María Fidalgo Casares, un repaso de altura a la obra de Abelardo Miguel, en Pontedeume

María Fidalgo Casares, repasó en Pontedeume la vida y obra del pintor Abelardo Miguel. Todavía poco conocido, para la investigadora es uno de los grandes valores de la pintura gallega de todos los tiempos.

La Casa de Cultura de Pontedeume, antiguo convento de San Agustín, fue el escenario de la conferencia “Abelardo Miguel el pintor de mariñeiros» organizado por el CN. EntrePontes. La ponente fue la Doctora en Historia, Académica de la Historia de Andalucía, Maria Fidalgo Casares, máxima especialista y biógrafa del artista.

María Fidalgo ante un cuadro de Abelardo Fot. Olga Núñez Hurtado

Abelardo Miguel ( 1918-1991) fue un pintor clásico que evolucionó a un estilo posimpresionista. Becado por la Diputación de A Coruña en 1936 en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, completó estudios en Roma y Holanda. Cultivó el bodegón, retrato, género marinero, paisaje y escenas del rural impregnando sus lienzos de un ingente valor etnográfico y un personal tratamiento del color y la luz que, aun siendo hoy poco conocido, lo distingue no solo entre los grandes de la cultura gallega, sino entre los posimpresionistas europeos.

El acto fue presentado por el presidente del CN Entrepontes, Javier García Elespe, continuó la concejala de cultura de la villa Alejandra Bellón y prosiguió Jose Fonte Sardiña que hizo una intervención lírica sobre los marineros en la historia popular, la figura de Abelardo Miguel y las implicaciones de la ponente en la cultura eumesa, no solo por su gran labor en el estudio del pintor, sino por su decisiva intervención para que el pintor más mediático del momento – Ferrer Dalmau – creara la iconografía del héroe de Pavía Pita da Veiga, indisolublemente ligado a Pontedeume.

Tras la aplaudida intervención de Fonte, María Fidalgo fue repasando, con una cuidada selección de imágenes, la biografía, y géneros de Abelardo Miguel desde sus orígenes hasta su muerte. Una disertación de gran altura, técnica y erudita en grado sumo, con citas a los grandes del Rexurdimento, a Ruth Matilda Anderson, o Ramiro Fonte, que la gran capacidad de comunicación de la ponente convirtieron en un atractivo viaje a la identidad gallega y al valor etnográfico de la pintura. Fidalgo calificó su trayectoria artística como “única en la pintura gallega por su original estilo, algo que muchos tardan en encontrar,- o directamente o encuentran nunca- su gran versatilidad y sobre todo por tener una galleguidad que no respondía postulados teóricos, sino completamente existencial. Además fue un testigo único y privilegiado de un Pontedeume histórico que los tiempos han sepultado”.

La conocida historiadora, colaboradora de Galicia Ártabra, está considerada una de las conferenciantes más brillantes del país, siendo muy requeridos sus análisis de pintura de corte militar en prestigiosos organismos. Autora de los libros de Ferrer-Dalmau, los libros de artista más vendidos del siglos XXI, con generosidad colabora en Ferrolterra de forma altruísta en actos culturales Muchos de los presentes declaraban haber asistido a varias de sus conferencias pero que en esta intervención eumesa – salpicada de recuerdos y experiencias personales- había sido especialmente conmovedora para un aforo lleno. Entre los presentes, muchas personas que habían conocido al pintor, y estaban las familias Martínez Pérez Mendaña y Rey Seijo, artistas como el aresano Antonio Seijas, el escritor Eduardo Martínez Rico, o ferrolanos como el letrado Francisco Alonso Usero, el cartógrafo José Prieto o el reputado historiador referencia de la Contra Armada, Luis Gorrochategui que se desplazó desde Coruña y declaró a Galicia ArtabraOir a María Fidalgo es una experiencia que nadie debería perderse. Su erudición y capacidad de transmisión es única”

Fidalgo tuvo sentidas palabras para agradecer a eumeses hoy desaparecidos su contribución a la recuperación de la obra de Abelardo Miguel, destacando sobre todo a Miguel López, hermano del artista, pero también a Adolfo Rey Seijo, Paco Allegue y Celestino Sardiña que le hicieron aportes muy importantes. Con una sinceridad poco vista en comparecencias públicas no dudó en poner el dedo en la llaga sobre investigaciones de “expertos” en la memoria de la villa que pasaban por alto – o directamente desconocían- una figura tan valiosa, la falta de reconocimiento institucional desde la Xunta – con exposiciones sobre cultura marinera que ningunean su obra-, el propio Concello en el que no tiene calle ni placa, o incluso la Cofradía de Pescadores con las que contactó en varias ocasiones con la callada por respuesta. Por eso valoró especialmente la iniciativa del Club EntrePontes,ubicada en un lugar mágico escenario de tantos lienzos de Abelardo” y valoró el compromiso del actual alcalde de que en breve vaya adelante la publicación de una monografía que lleva solicitando tres lustros.

Fidalgo y Abelardo

María Fidalgo conoció de niña al pintor por su amistad con el padre de ésta, el crítico de arte Manuel Fidalgo, criado en Pontedeume. Tras décadas de olvido, Fidalgo le dedicó años de investigación que materializó en su tesis doctoral y la catalogación de su obra. Según la investigadora, «la cultura gallega tiene que reconocer ya los méritos de Abelardo Miguel. Es más que de justicia y además es un privilegio tener ese legado de valor incalculable. Y no me refiero solo a sus altos méritos artísticos, sino por ser el testigo privilegiado de un tiempo perdido y su representación reivindicativa del colectivo de mariñeiros y peixeiras, única en la Historia del arte gallego»

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