Análisis electoral de Narón (II): campaña y tendencias

Enfilamos ya la recta final de la campaña electoral naronesa (y de todas)

José L. Álvarez

Esta ha sido una campaña de bajo perfil, insípida, que favorece siempre al que gobierna porque transmite la sensación de que no hay motivos para alzar la voz o discutir. Es una especie de aprobación tácita.

La actual alcaldesa, Marián Ferreiro (Terra Galega), llega con una imagen sin tacha ni mancha. Cuatro años cuidando su imagen pública y cuidándose de no caer en un sobreexposición que pudiera suponerle un desgaste.

Los principales retos o hitos de Terra Galega para esta legislatura, a falta de algunos flecos, parecen estar cumplidos. Eso defienden ellos. Es cierto que no habían prometido muchas cosas y que, por tanto, no era difícil cumplirlas, pero también lo es que hubo una pandemia por el medio que pudo haber retrasado o dificultado su desarrollo.

Entre las cosas que podrían faltar estarían el aparcamiento para el centro de salud o la finalización en las obras de la Avenida de Santa Cecilia, aunque bien es cierto que la finalización de 40 metros de obra en un calle no van a ser impedimento para nada y ambas estarían empezadas y en marcha, eso sí.

A cambio, otras obras relevantes como el la unificación del paseo o senda que va desde Jubia hasta el parque de Freixeiro, o la finalización (al fin) de las obras del Molino de Xubia, suponen hitos importantes a los que sacar rédito.

Por su parte Germán Castrillón (PP) llega al final  tras haber protagonizado una insípida campaña. Como la de TEGA, eso sí, pero se esperaba más del que quiere posicionarse como alternativa.

Uno de los principales reproches que se le hacen al popular es haber estado desaparecido prácticamente estos 4 años, para ahora aparecer con una cierta cantidad de propuestas que, en su mayor parte, son un refrito de la fallida campaña “arranca Narón” de 2019.

Propuestas inconexas, sin discurso, y sin dar la imagen de tener un proyecto sólido, solo sirven para reforzar el reproche más escuchado durante estos años: ¿dónde está Castrillón?. Eso y un estilo de oposición “blanda”, nada bueno parecen presagiar.

El otro gran reproche es de haber desmantelado un grupo con caras conocidas y de cierto peso, para presentar una lista llena de personas desconocidas, sin bagaje político ni experiencia, sin cualificación, y sin ser relevantes en las parroquias más relevantes (valga la redundancia).

El PSOE de Jorge Ulla empezó la campaña con mucha fuerza, pero da una de cal y otra de arena. Si bien corren malos tiempos a nivel nacional para el PSOE, su reciente irrupción en la escena política naronesa supuso lo se se creía un verdadero chorro de aire fresco con una impactante campaña intensa. 

Ulla tiene ganas, empuje, y fue más contundente y más mediático en estos dos meses, que Castrillón en los 4 que lleva en Narón.

El mayor handicap del socialista naronés es haber presentado una lista con escaso bagaje y llena de caras desconocidas, que en ciertos sectores tacharon de decepción. Lo mismo que la lista de los populares. La diferencia es que mientras Germán Castrillón tuvo 4 años y partía de gente con nivel a los que perdió, Ulla apareció de la nada y a última hora, y tuvo que improvisar una lista electoral en dos meses.

Está por ver si el “enfado” de los anteriores le pasa factura. Por un lado está claro que habrá gente enfadada por la abrupta manera en que Valentín Formoso impuso al candidato Ulla, pero por otro puede que muchos socialistas enfadados con el “secuestro” del grupo por parte de Catalina García todos estos años se puedan volver a aproximar a la “casa del pueblo”.

Y como golpe de efecto final, la irrupción de Juan Gato apoyando a Jorge Ulla, el antiguo alcalde de Narón en los años de mayor prosperidad y crecimiento, que sin duda es un apoyo y puede aportar un plus en votos al empuje del socialista. En total ofrece tres mítines junto a Jorge.

Y para finalizar, parece que el BNG de Olaia Ledo lleva una trayectoria ascendente y al alza.

Corren buenos tiempos para el BNG a nivel autonómico, y el BNG ha conseguido gobernar en algunos ayuntamientos de la comarca como Fene, San Saturnino o Moeche. Sin duda son cosas que pueden empujar hacia arriba.

Además en Narón esa tendencia al alza se puede ver reforzada por el hecho de que Olaia ha sido en realidad la oposición en Narón estos 4 años, siendo mucho más visible y mediática que un deslucido Castrillón, que llegaba con la vitola de ex alcalde de Cabañas.

Además Olaia consiguió con cierta asiduidad que se le aprobaran mociones en el pleno de Narón, dando la sensación constante de ser constructivos, además de incisivos.

La nacionalista encabezó situaciones como la de los bomberos, la de Lidl o la de los desahucios de Piñeiros de los pisos del Sareb, dando la sensación de ir siempre por delante de los populares.

En la campaña han sido continuistas en sus propuestas, sin dar la sensación de improvisarlas a última hora, y Olaia sí da la sensación de tener un discurso, de mantener una crítica al equipo de gobierno y de apuntarlo todo con propuestas en positivo.

Tendencias y predicciones

La sensación que trasmite el equipo de la alcaldesa es la de tranquilidad. Parecen ir sobrados y las pocas encuestas disponibles así parecen apuntalar la idea.

Actualmente TEGA tiene 10 concejales y, dependiendo del reparto y de lo que hagan los demás, podrían llegar al 11 con solo 300 votos más de los que obtuvieron en 2019, donde todo parecía ser más difícil, incluso por la labor desarrollada en  determinadas zonas y su presencia, día tras día, en los medios de comunicación podrían darle la ansiada mayoría absoluta. Ferreiro era novata y tenía enfrente a un Castrillón que venía con la vitola de ser alcalde en Cabañas y con un equipo más solido.

Los populares tienen una situación bien distinta, donde para pasar del 6º concejal al 7º, tendrían que sumar entre 600 y 700 votos más, y esperar que TEGA no haga lo mismo. Nada parece hacer presagiar que eso vaya a suceder, y todo apunta a que se quedarán en 5-6 concejales.

Existe un nicho goloso de votos en otros partidos que se presentaron en 2019 y que sumaron 1800 votos entre ellos (IU, Eliximos Narón y C´s), pero que ahora no se presentan. IU y Eliximos son partidos de izquierdas que sin duda le pudieron haber restado votos al PSOE y sobre todo al BNG.

Mientras que el PSOE, a priori, tenía difícil mantener los 3 ediles actuales por la mala tendencia de las siglas a nivel nacional, ese nicho de votantes de izquierda disponible, la recuperación de antiguos simpatizantes, el «empuje» de Ulla y el apoyo de Gato, pueden hacer posible (?) mantener los 3 que tienen. 

Finalmente, la tendencia al alza pone a tiro del BNG lograr subir de 2 a 3. Incluso a 4 si no lo hiciera el PSOE. Si bien no es fácil, la atractiva campaña de Olaia Ledo y la disponibilidad a recuperar muchos de los votos “fugados” a IU y Eliximos, lo hacen más posible.

El domingo a la noche salimos de dudas.

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