Sinfónica trompeta

Julia M.ª Dopico Vale

La semana musical estuvo marcada por la Orquesta Sinfónica de Galicia y Pacho Flores, considerado el mejor trompetista del mundo, con sus “cautivadoras interpretaciones de energía matizadas por los más hermosos colores instrumentales” que, bajo la dirección de Manuel Hernández-Silva, cuya presencia en el escenario “electriza el ambiente”, ofreció sendos conciertos en el Auditorio ferrolano ‒de mano de la Sociedad Filarmónica‒y en el Palacio de la Ópera coruñés, donde la orquesta tiene su sede.

Un concierto inusual y excepcional de raíz cultural y étnica, interpretando un atractivo programa que comenzó con la Sinfonía n.º 1 en sol menor del compositor Vassily Kalínnikov, con una música que “recoge ecos de la gran tradición rusa” como apunta Rosa Fernández en las notas al programa. Después siguió el estreno absoluto de la compositora mexicana Gabriela Ortiz,

Altar de Bronce, un concierto para trompeta y orquesta dedicado al solista que realizó una interpretación magistral de compases que comienzan con una especie de fanfarria, continúan de forma virtuosa, dejando incluso margen a la improvisación y concluyen con una cadencia de raíz folklórica elaborada con un vocabulario e imaginario musical absolutamente personal.

Savia nueva y desbordante vitalidad que culminó con el Concierto venezolano para trompeta y orquesta del músico de Marianao, Paquito D´Rivera, incorporando sonidos afrocubanos, ritmos latinos y elementos del jazz en diálogo con el lenguaje de la tradición clásica ofreciendo un sugerente y trepidante recorrido instrumental que presentó toda suerte de paisajes sonoros con brillantes y sorprendentes desarrollos melódicos, rítmicos, formales y armónicos.

Una vibrante fiesta orquestal que culminó con la presencia del cuatro venezolano, pequeña guitarra emblemática de los géneros musicales folklóricos, interpretada por el maestro Jesús “Pingüino” González.

Color y calor que hicieron de éste, un concierto inolvidable.