Galicia Ártabra Digital Noticias de Ferrol y la comarca de Ferrolterra.
Julia M.ª Dopico Vale
Pocas veces tenemos el privilegio de escuchar a la guitarra como protagonista en la gran plantilla orquestal, ya que la antigua kithára se relaciona con la música popular, sobre todo la del Sur de España, donde prende el flamígero flamenco fruto de la convivencia del crisol del “Camino de Culturas” que parte de la India hasta llegar a la Península Ibérica surgiendo este arte de origen marginal que sobrevive cantando la pena y el desencanto de pueblos desposeídos.
El Nacionalismo recupera su llameante enigma y lo incorpora a la tradición culta, obteniéndose páginas gloriosas de nuestra literatura musical culta como el Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, en el que la guitarra sube radiante al escenario orquestal con sus sugerentes rasgueos y trémolos.
En Ferrol, esta vez, pudimos vivir la magia flamenca con Juan Manuel Cañizares y la Orquesta Sinfónica de Galicia interpretando la Suite Española.
Granada de Isaac Albéniz y Frübeck, con su “nacionalismo de raza y alma” y el concierto para guitara y orquesta Al- Andalus, del propio Cañizares, dedicado al maestro Paco de Lucía con el que el autor recorrió medio mundo en una etapa “tan bonita como significativa”.
Un “hermanamiento entre la música clásica y el flamenco” que transcurre en tres movimientos: Tiempo de Bulerías, de aire vibrante, Liberamente rubato expresivo Cadencia, como una taranta que incluye un paso fúnebre en el que “las notas son lágrimas” que desembocan en el consuelo a ritmo de tanguillo de Cádiz y el Allegro festivo por Tanguillos. Música de carácter intenso y entusiasta que provocó aclamadas propinas y el baile del director, Juanjo Mena, en la tarima. Después, Beethoven, “prensando el vino glorioso de la música para los hombres”, con su Sinfonía N.º 7, la Apoteosis de la Danza, una obra exuberante y a veces teñida de triste amargura.
Ígneo concierto de mano de la Sociedad Filarmónica Ferrolana apostando por la mejor música para la ciudad.
