La Agrupación Instrutiva de Caamouco está llevando a cabo una ambiciosa actuación en la huerta de Quinín. La entidad está ejecutando en estos momentos el proyecto de consolidación, rehabilitación y puesta en uso de la «casoupa» ubicada en ese espacio.
La construcción, que presenta un estado casi ruinoso, será recuperado ahora gracias a un ambicioso proyecto de la Junta Directiva, que cuenta con el apoyo económico de la Diputación de A Coruña y la colaboración del Ayuntamiento de Ares.
El proyecto contempla el drenaje interior de la construcción, recuperación y reconstrucción de los muros, nuevo tejado de teja del país, fundición del suelo interior y la instalación de ventanas y la puerta.
Se busca la solución más simple, que menos impacto visual y constructivo tenga sobre la edificación original, la más respetuosa posible con el entorno y empleando materiales tradicionales. El objetivo principal, frenar su avanzado estado de deterioro y dotarlo de usos, entre ellos, almacenaje de herramientas de huerta y un espacio ‘vestuario’ para que los usuarios puedan dejar sus pertenencias y/o ropa de calle cuando participen en actividades de huerta. En este momento un grupo de 10 personas está participando como voluntariado en el cultivo del terreno.
La inversión estimada por parte de la Agrupación Instrutiva para esta primera fase de los trabajos supera los 15.000 euros, de los que a Diputación de A Coruña aporta 8.500 €. La cantidad restante será asumido con fondos de la propia entidad.
La herencia
Joaquín Rojo Seijas, pintor de Redes afincado en Madrid, falleció en el año 1998. En su testamento sorprendía dejando parte de su legado a la Agrupación Instrutiva de Caamouco. Una extensa colección de sus cuadros y también su biblioteca, con importantes títulos relacionados con las artes. También un pequeño terreno, de poco más de 300 metros cuadrados que, desde aquel momento, pasó a ser propiedad de la Agrupación Instrutiva de Caamouco.
Gestión de su legado
La Agrupación Instrutiva de Caamouco intenta gestionar de la mejor manera posible el legado de Quinín. La colección de libros se conserva en la biblioteca de la asociación, junto con una antología de las mejores obras pintadas por él. El resto de los cuadros fueron subastados entre los socios por lo que a día de hoy sus cuadros estás repartidos por docenas de casas de Caamouco, conservando entre todos los vecinos su legado.
La gestión de la huerta ha resultdo un tanto más compleja. Sin recursos en aquel momento para poder asumir su recuperación, la Sociedad se limitó durante años a hacer un mantenimiento reducido, con limpiezas puntuales de la maleza.
El nacimiento del proyecto de la huerta
En el año 2016, en un contexto favorable para la Agrupación Instrutiva de Caamouco, su Junta Directiva decide impulsar un proceso de recuperación de la parcela, tras años en desuso. En este transcurso, la entidad cuenta con la colaboración de la asociación Betula. Entre los dos colectivos, se crea un proceso conjunto de participación no solo de los socios, sino de todos aquellos vecinos interesados en la iniciativa. En ese momento daba comienzo la parte más compleja del proceso.
La primera fase del proyecto, se inicia con la firma de un convenio de colaboración entre las dos asociaciones y la creación de una comisión intersocietaria compuesta por miembros de ambos colectivos. A continuación se desarrolla un estudio de la parcela, analizando su estado e inventariando los recursos de los que dispone. A partir de ese momento comienza la preparación del proceso de participación pública que es la encargada de determinar los usos futuros de lo que será la huerta de Quinín.
Hubo dos asembleas abiertas en las que la Agrupación y Betula explican su proyecto, y los pasos dados hasta el momento. En los encuentros, los asistentes completaron unos cuestionarios individuales. Cada uno de ellos plasmó sobre el papel las opciones que más le interesaban para la huerta.
Del papel al terreno
Con el proyecto definido, la Agrupación y Betula comenzaron la siguiente fase del proyecto: el inicio de la recuperación de la huerta. A través de varias jornadas de voluntariado, se procede a la puesta a punto del terreno. Las más importantes tuvo lugar en octubre de 2016 y en mayo de 2017. A través de ellas se consiguió eliminar la maleza, retirar desechos y hacer accesible el conjunto de la superficie. Estos trabajos han permitido analizar mejor los recursos con los que cuenta el espacio: una construcción de unos 30 metros cuadrados, antiguos muros de piedra, un riachuelo e incluso una pequeña construcción semicircular que podría haber sido parte de un lavadero.
Las primeras actividades
Con el terreno ya en condiciones, en el año 2018 se impulsa primera propuesta formativa: “La primera huerta de Quinín”. La actividad que se celebró entre los meses de marzo y junio, pretendió dar a conocer el huerto, identificar especies y aprender sus necesidades básicas. La iniciativa contó con una buena acogida, celebrándose al año siguiente una segunda edición del taller.
En el 2019 tuvo lugar la primera actividad 100% infantil, la «Fiesta de la Huerta», un evento educativo y de ocio que pretendió dar vida a la parcela y fomentar la implicación de los más pequeños en su desarrollo. A lo largo de la jornada se llevaron a cabo diversas actividades y juegos en familia en los que las niños pudieron interactuar con el medio. La actividad culminó con la plantación de tres árboles frutales.
El espacio también es usado todos los veranos por los niños de los campamentos estivales de la Agrupación Instrutiva de Caamouco quienes se encargan de hacer plantaciones y cuidarlas durante las semanas que dura la actividad.