Hoy tendría 81 años pero hace dos el almirante Francisco Rapallo Comendador (Vilagarcía, 29 de octubre de 1940) fallecía un día 3 de septiembre en el hospital provincial de Pontevedra a causa de la pandemia. Con el se iba una parte de la historia de nuestra Armada pero queda el recuerdo que tenían muchos ferrolanos del que fue el último Capitán General de la Zona Marítima del Cantábrico.
Su memoria sigue viva y así la Asociación de Víctimas del terrorismo por la Paz-VITEPAZ, quiso cumplir una deuda que tenía con él, en vida, por su apoyo, como ha sido la entrega de la Gran Cruz de la Lealtad a las Víctimas del Terrorismo que fue recogida por su viuda en presencia de toda su familia, hijos, nietos…, todo ello en un acto celebrado en la Cámara de Oficiales de la Armada el pasado sábado, al cumplirse el segundo aniversario del fallecimiento del Almirante.
Con asistencia de un buen número de miembros de la Asociación, así como amigos y miembros de la Armada el presidente de VITEPAZ, Alfonso Sánchez Rodrigo, guardia civil retirado y víctima de un atentado de ETA en la plaza de la República Argentina en Madrid el 9 de septiembre de 1985, hizo entrega de la Gran Cruz a la viuda del Almirante, María José Díaz-Ureña Fernández. El diploma acreditativo lo entregó a su hijo Francisco Rapallo Díaz-Ureña, Javier Porras, miembro de la asociación, que fue víctima a causa de la explosión de unas bombas, en la plaza de Galicia de Vilagarcía, acto reivindicado por el Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive el 11 de octubre de 1990.
Se inició el acto con unas palabras de Javier Porras a las que siguieron las del presidente de VITEPAZ, Sánchez Rodríguez quien destacó la vida del Almirante Rapallo y su entrega a la Armada y a las víctimas del terrorismo. Fue el nieto del homenajeado, también Francisco Rapallo, el que cerró el acto agradeciendo en nombre de la familia la distinción entregada
Entre los asistentes se encontraban el almirante Marcial Gamboa Pérez-Pardo, Director del Instituto de la Historia y Cultura Naval; y el nuevo Director de Asuntos de Personal de la Armada, general de Infantería de Marina Carlos Pérez-Urruti Pérez.
Previamente al acto se había oficiado una misa por su eterno descanso en la iglesia madrileña de Nuestra Señora del Carmen
Francisco Rapallo era una persona sencilla, cordial, comunicativo, buen conversador, muy familiar, “muy ferrolano” y que cumplió siempre en todos los cargos que desempeñó en la Armada. Muy ligado a Ferrol a donde solía acudir en cuantas ocasiones tenía y en donde su padre ejerció durante años el puesto de delegado de Correos.
FRANCISCO RAPALLO COMENDADOR
Francisco Rapallo Comendador, nació el 29 de noviembre de 1940 en la localidad pontevedresa de Vilagarcía de Arousa, siendo nombrado Hijo Predilecto de la misma en agosto de 2000.
Ingresó en la Armada el 27 de agosto de 1956, y pertenecía a la Promoción 361, con compañeros, entre otros, los almirantes Francisco Torrente SÁnchez y Ángel Montero Loyola, así como los CC de NN Juan de Pazos Lozano, Ricardo de Dolarea Calvar y Santiago Estevan Alberto, desarrollando su vida operativa en unidades como el dragaminas Odiel, el crucero Canarias, los destructores Oquendo y Liniers y la Plana Mayor del Mando de Escoltas.
Accedió al mando de los siguientes buques: guardacostas Pegaso, corbeta Infanta Cristina y destructor Churruca, siendo también jefe de órdenes y posteriormente comandante de la 11ª Escuadrilla de Escoltas (ya desaparecida). En tierra ejerció como profesor de la Escuela Naval Militar y de la de Guerra Naval.
Ascendió a capitán de navío en 1988. Durante la guerra del Golfo de 1990-91 le correspondió el mando de la Agrupación Bravo, enviada por el Gobierno español a la zona e integrada en el dispositivo desplegado por la UEO para hacer cumplir las resoluciones de la ONU sobre el embargo a Iraq.
Posteriormente fue destinado como jefe de la sección operativa del Estado Mayor de la Armada, hasta junio de 1993, en el que, ya como contralmirante, fue nombrado representante de la flota de la UEO en el mando operativo conjunto de las operaciones OTAN-UEO para la vigilancia del embargo contra Serbia y Montenegro en el Adriático.
En 1995, con el grado de vicealmirante, fue destinado como segundo jefe del Estado Mayor de la Armada. En 1996 pasó a desempeñar el cargo de almirante jefe de la Zona Marítima del Estrecho y posteriormente, en 1998, la jefatura de la Flota y el mando de la Fuerza Marítima Europea (Euromarfor).
Su último destino antes de su pase a la reserva fue la jefatura de la Zona Marítima del Cantábrico, desde el 24 de septiembre de 2001, hasta abril de 2003, en sustitución de Luis Roca Ramírez haciendo el número 104 entre los jefes que ostentaron el cargo en la plaza desde el año 1730, siendo nombrado como Presidente del Tribunal Marítimo Central.