Abel García López
No conocía Holanda, aunque ahora parece ser que hay que llamarle Países Bajos, hasta que mi hija, que es pianista profesional, se trasladó a ese país durante tres años; primero para un Erasmus y después para realizar un Master de Interpretación en el conocido HKU Utrechts Conservatorium en la ciudad de Utrecht. No contaré aquí las peripecias y dificultades para poder vivir en ese país un estudiante de la UE, porque eso da para otro artículo.
Fuimos, mi esposa y yo, en dos ocasiones a visitar a nuestra hija a Holanda, una a mitad de sus estudios y otra para asistir a su Concierto Fin de Master. Ese territorio fue español durante casi 100 años, bajo los reinados de Carlos I, que había nacido en Gante en el Condado de Flandes, Felipe II, Felipe III y Felipe IV, hasta que en 1648 consiguieron la Independencia. No conocemos, ni sentimos cercanos a los holandeses, como podemos conocer y sentir a nuestros hermanos de Hispanoamérica. Poco más conocemos de aquellos territorios que poner una pica en Flandes o el universal cuadro de Diego Velázquez La rendición de Breda o Las Lanzas, aunque muy pocos españoles conozcan que Breda es una ciudad de la provincia Brabante Septentrional en los Países Bajos, los tulipanes y sus quesos, aunque nada comparable con el queso de tetilla San Simón y cientos de quesos españoles, sus meretrices en los escaparates y los coffee shops.
Como padre preocupado y ya que teníamos que ir a Holanda estuve antes estudiando algo sobre ese país, sobre su manera de vivir, su sanidad, sus días festivos, sus reyes, su Gobierno y otras curiosidades para que el viaje fuera más provechoso. Aunque ese país y el nuestro pertenecen los dos a la sociedad Occidental de tradición judeocristiana, las diferencias de carácter y de forma de vivir y ver la vida, son bastante grandes.
Nuestra hija nos hablaba periódicamente y nos contaba cosas interesantes como el día festivo nacional, el Día del Rey, que se celebra en el país de una manera muy especial, cosa envidiable para un país como el nuestro donde la Corona no recibe el respeto que debiera.
A unos dos meses de las Navidades en España nuestra hija nos comentaba que en ese país no vienen los Reyes Magos a traer los regalos, sino un personaje conocido como SINTERKLAAS . Aparte de la explicaciones de mi hija sobre ese personaje, traté de leer algo más para ver de quien se trataba. Sinterklaas es el Papá Noel de Holanda, que viene el 5 de Diciembre a traer los regalos a los niños. El mito se basa en la figura de San Nicolás de Bari, que fue Obispo de Mira en la actual Turquía en el siglo IV. San Nicolás monta un caballo blanco de nombre Amerigo y acompañado de un paje conocido como Zwarte Piet ( Pedro el Negro o Pedrito ), que lleva el saco de los regalos y desciende por las chimeneas de las casas para dejar los regalos en los zapatos de los niños.
Hasta aquí todo bastante parecido con nuestros Reyes Magos. Mi sorpresa fue cuando mi hija me contó que Sinterklaas venía de España, a diferencia de nuestros Reyes Magos que vienen de Oriente o del clásico Papá Noel que viene de Laponia. Tras ser convertido en santo por la Iglesia Católica y con la invasión de los musulmanes, la Iglesia decidió trasladar los restos a Bari, en el antiguo reino de las Dos Sicilias, donde el emperador Carlos V más tarde sería rey. En el momento en que Felipe II, su hijo, heredó los Países Bajos, España y las Dos Sicilias, el enclave era territorio español y de ahí la tradición de que viene de España y que tiene su residencia en Madrid.
Sinterklaas llega a Holanda en barco y sube por los canales con su paje para ser recibido por miles de niños y adultos. Lo que me llamó la atención, y me causó una sensación muy agradable, es que el barco donde llega Sinterklaas se llama SPAGNE ( España ) y va engalanado con una gran bandera de España.
Después de estar en dos ocasiones en Holanda, pude confirmar las grandes diferencias que hay entre ese país y el nuestro, entre otras cosas en la gastronomía, donde las diferencias son astronómicas a favor de España naturalmente. Los holandeses siguen recordando con recelo y no mucho cariño a España después de nuestro paso histórico por su territorio. Hay que recordar que aún hoy en Holanda se le dice a los niños, que viene el Duque de Alba, lo equivalente en España a que viene el hombre del saco o que viene el Coco. Recordemos que D.Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba, el Duque de Hierro, fue enviado en 1567 por Felipe II, con un fuerte ejército, para sofocar las revueltas religiosas y políticas contra el rey de España en los territorios de Flandes, haciéndolo con contundencia.
Tristemente vivimos en un país donde sus símbolos no son respetados ni puestos en valor, primero por los organismos públicos y después por parte importante de la población. Recordemos que hay muchos ayuntamientos en España que se niegan a poner su bandera, sobre todo en Vascongadas y en Cataluña. En nuestros colegios no se les enseña a nuestros hijos y nietos a respetar al Rey, respetar la bandera de España y respetar su himno nacional. Es posible que no exista ningún colegio en España donde en sus aulas esté nuestra bandera. Hasta hace unos años, antes de la llegada de los comercios chinos y de internet, era muy difícil comprar en España una bandera de nuestro país.
Los holandeses no eran una gente que me cayera especialmente simpática, a excepción del genio del futbol Johan Cruyff. Son los responsables, junto con los ingleses, de la Leyenda Negra contra España, que tristemente hasta hoy muchos ciudadanos y autoridades han asumido. Cierto que siempre los admiré porque fueron grandes navegantes y por el trabajo de titanes que realizaron para ganarle tierra al mar e impedir la inundación de su país. A pesar, de que como decía anteriormente, no tienen mucha simpatía por España, siguen respetando las tradiciones y mostrando junto a Sinterklaas la bandera de España. No tienen complejo a pesar de que fueron parte de España y lucharon valerosamente para conseguir la independencia y echarnos de su territorio, después de la Guerra de los 80 años y la firma del Tratado de Münster. En pocos lugares o actos de nuestro país, vi mostrar de una manera tan clara la bandera de España. Desde que conocí esa forma de actuar, tengo que confesar que los holandeses me caen mucho más simpáticos.
El problema no son solamente los golpistas e independentista, sino que partidos llamados constitucionalistas como el PSOE, no ponen en sus mítines ninguna bandera española. El nuevo Presidente del PP, Sr. Feijóo, dio la orden, él o sus asesores, para que en la última campaña electoral a la Xunta de Galicia, en sus mítines, no apareciera la bandera de España en ninguno de ellos. ¿Alguien puede concebir un mitin del Gobernador de California, en las elecciones de su estado, sin poner banderas de los EE.UU.? Lo siento por mis amigos, que algunos tengo, del PSOE y del Partido Popular, tener que decir estas cosas, pero son la verdad y España necesita gente y políticos que digan la verdad. Gracias a VOX en los últimos años la bandera de España ya está más presente en la sociedad. Parece que se hizo un gran trabajo ejemplarizador para normalizar nuestros símbolos nacionales, llenando sus mítines de banderas españolas y poniendo el himno de España al finalizar los mismos, algo que debería ser normal en todos los partidos políticos. En muchos balcones podemos ver banderas españolas, cosa que hace unos años no ocurría. Tiene que endurecerse la ley para que se castigue a aquellas personas que desprecien de una u otra manera nuestros símbolos nacionales como las pitadas y desprecio a nuestro himno en acontecimientos deportivos. Los colegios tienen que normalizar la colocación de nuestra bandera en sus instalaciones y aulas y el sistema educativo familiarizar y enseñar a los alumnos desde pequeños el respeto y amor por nuestros símbolos. ¡¡
Gracias también a Sinterklaas por llevar tan orgullosamente nuestra bandera !!