Julia Mª Dopico Vale
Música esta vez de la Orquesta Sinfónica de Galicia interpretando el Orfeo y Eurídice de Gluck, el compositor que lleva a cabo la reforma operística para recuperar el poder de la antigua tragedia griega y la primacía de la palabra frente a los alardes de cantantes ávidos de impresionar con su virtuosismo, alejando al género operístico de cualquier vero-similitud posible.
En esta línea estética el compositor de Erasbach crea su obra más célebre, una de las
más influyentes en la ópera alemana posterior y en obras de autores como Mozart, Beethoven o Wagner basándose en el mito de Orfeo, el músico que con su lira es capaz de conmover no sólo a los hombres, sino también a las piedras, capaz de atrave- sar las regiones del tenebroso Hades para rescatar a su amada esposa Eurídice, triun- fando aquí el amor que los salva en un libreto original de Calzabigi, adaptado después por Pierre- Louis Moline. Tema recurrente de la historia musical tratado de modo sobrio, primando el recitativo y la melodía silábica frente a los floreos melis- máticos y transcurriendo fluida y naturalmente.
Escuchamos los compases de la ópera en versión concierto en el Auditorio ferrolano de mano de la Sociedad Filarmónica y también en el Palacio de la Ópera coruñés, celebrándose la impecable actuación de la orquesta dirigida por Carlos Mena, la del Coro de la Sinfónica, representando a pastores y ninfas, furias, espectros inferna- les y héroes de los Campos Elíseos, bajo la dirección del vivariense Javier Fajardo y la de las cantantes, la excepcional contralto de preciada voz, Sara Mingardo en el papel de Orfeo y las sopranos Jone Martínez en Eurídice y Berit Norbakken en Cupido Amor.
No faltaron momentos excepcionalmente emocionantes, como en el jubiloso Triunfi Amore, en el que los amantes retornan al mundo de los vivos. Generosa acogida por parte del público, siempre receptivo a la calidad musical de la orquesta gallega que nos representa.