El Concello de Valdoviño ha firmado un convenio pionero en la comarca en materia de salud con la Asociación Española Contra él Cáncer (AECC). En virtud del acuerdo, se fomentará el trabajo de concienciación para conseguir que las playas de la localidad sean espacios sin humo. Una medida que convertiría los arenales del municipio en lugares más saludables, contribuyendo a prevenir enfermedades crónicas asociadas al tabaquismo.
El alcalde, Alberto González, suscribía esta semana el convenio con la AECC, representada por la vicepresidenta de la Xunta Local de Ferrol, Mabel Sanesteban, para apoyar la propuesta de la asociación de impulsar ambientes libres de la exposición al humo nocivo del tabaco tradicional y del electrónico en los espacios abiertos de uso público y colectivo.
En la actual campaña estival solo la playa de Mourillá está incluida en el censo oficial de «playas sin humo» de la Xunta, pero la concejala de Bienestar Social y Sanidad, Ana Belén Pérez, avanza la voluntad de incorporar al listado en las próximas campañas el resto de las playas del municipio, entre las que se encuentran algunas de las más concurridas de Ferrolterra.
Por ahora el Concello trabajará con la AECC con el objetivo de concienciar a la ciudadanía de lo perjudicial que resulta el tabaco para la salud, e intentar eliminarlo de los parajes con mayor concentración de gente durante el verano. Los primeros beneficiados serán los menores y los fumadores pasivos.
Medida educativa
Explican desde lo gobierno local que la iniciativa tiene un carácter educativo y de promoción de la salud. Se recomendará que no se fume (obviamente no habrá sanción para quien incumpla) y, a través de mesas informativas, se explicará la importancia de liberar de tabaco los arenales.
Las playas valdoviñesas contarán con carteles, agradeciendo el comportamiento de aquellos fumadores habituales que respeten el consejo de no fumar en los arenales y ayuden con su gesto a conseguir un entorno más saludable, y a reducir los casos de cáncer.
De tener éxito la recomendación, se conseguiría también un impacto positivo en medio ambiente, pues las colillas tardan más de una década en degradarse, constituyendo un problema importante para la limpieza de las playas y del mar.