Ya en tierra, el equipo veterinario realizó las pruebas diagnósticas pertinentes para verificar que la tortuga -en el momento del varamiento medía 33 centímetros y pesaba 2.200 gramos- no había sufrido ninguna consecuencia como resultado de su captura. Desde su ingreso en la UCI de Tortugas Marinas que Cemma tiene en Nigrán, el estado del animal ha sido muy bueno y enseguida comenzó a alimentarse por si mismo
Posteriormente, en una segunda fase, la tortuga marina fue trasladada al Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa), dependiente de la Consellería do Mar y ubicado en la isla de Arousa, donde recibió la atención del profesorado y alumnado del centro.
Acuerdos de colaboración desde 2003
Cabe destacar que las instalaciones de Cemma en las que Nbego pasó la primera fase de su recuperación están preparadas para acoger a diferentes especies de animales marinos que hacen escala en la costa gallega en virtud de los sucesivos convenios de colaboración que desde 2003 mantiene la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivienda, con esta organización.
De hecho, cabe recordar que el Cemma es la única entidad autorizada por la Dirección Xeral de Patrimonio Natural para gestionar y coordinar la Rede de Varamentos de Galicia, ya que los animales tratados suelen ser especies protegidas y requieren las autorizaciones correspondientes.
Las costas de Galicia suponen un paso oceánico de tránsito de las tortugas marinas procedentes de las zonas de cría del Caribe que se distribuyen por el Atlántico a lo largo de su longeva vida para volver a reproducirse en sus playas de origen muchos años después.
Este año en particular se está detectando una gran presencia de tortugas marinas en las costas gallegas, ya hay seis ejemplares de tortuga común registrados desde enero, valores cercanos a la media anual de siete ejemplares registrados desde 1990.
De hecho, otros dos ejemplares de la misma especie que Nbego localizados este año en Galicia se encuentran todavía en fase de recuperación y serán liberados próximamente.
En los últimos 20 años se han registrado más de 120 tortugas marinas vivas en las costas gallegas, de las cuales 10 eran tortugas laúd (Dermochelys coriacea), ejemplares de hasta dos metros de largo y un peso de 400 kg que se encontraron atrapados en cables y aparejos de pesca, procediendo a su liberación; y el resto fueron tortugas comunes, Caretta caretta, jóvenes de entre 20 y 70 centímetros, varadas principalmente en las playas y que tras ser debidamente tratadas, lograron regresar al mar en el 74% de los casos