Agentes de la Policía Local de Ferrol detuvieron ayer por la tarde a un hombre de 27 años, de nacionalidad española y nacido en Chile, con iniciales C. G. Fue en la plaza del Inferniño, luego de un aviso ciudadano en el que se informaba de que en la zona deportiva se estaba celebrando un botellón en el que participaban alrededor de medio centenar de personas. Eran alrededor de las siete y media cuando al lugar acudieron varias patrullas. Al llegar, los funcionarios policiales observaron que lo detallado en la comunicación vecinal respondía a la realidad. En las gradas de la zona deportiva había un gran grupo de gente, formado por alrededor de 50 individuos, muchos de los que cuales no llevaban la máscara correctamente colocada o no la tenían a la vista. Tampoco guardaban las distancias de seguridad. En el suelo había gran cantidad de botellas de bebidas alcohólicas.
Al ver los vehículos del 092, muchas de estas personas comenzaron a colocar las máscaras y la abandonar el lugar. Una de ellas, el después arrestado, continuó con la máscara bajada, de forma que no le tapaba ni a nariz ni la boca, y fumando, en una zona de paso y sin guardar la distancia de seguridad. Uno de los policías que participaban en el operativo se acercó a él para indicarle que debía colocar bien la máscara y que no se podía fumar en zonas de paso, si no que para hacerlo tenía el deber de alejarse. La respuesta del hombre fue: «Aléjese de mí. Yo puedo fumar, que yo sé de leyes”. Ante esto, el agente le insistió en que no estaba cumpliendo las normas motivadas por la pandemia de la covid y que incluso se encontraba en un lugar en el que ya no se podía fumar al margen de la crisis sanitaria, por estar próximo a una zona de ocio infantil, tal como recoge la ley.
Tras reiteradas advertencias, sin que el hombre apagara el cigarro ni colocara la máscara, le solicitó el DNI, con el fin de identificarlo, y lo informó de que iba a ser propuesto para sanción por incumplir las medidas establecidas para el estado de alarma. Pero el individuo también se negó a mostrar el documento. El policía le indicó entonces, en varias ocasiones, que, de seguir con esa actitud, iba a ser detenido por desobediencia, sin resultado.
Por todo ello, el funcionario procedió al arresto, a lo que el hombre opuso fuerte resistencia activa. Debieron intervenir otros dos agentes para conseguir sujetarlo mientras braceaba y lanzaba golpes con las piernas. Una vez reducido, fue informado de los motivos de su detención y de sus derechos, y trasladado a continuación a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía.