Javier Pereira Beceiro (*)
Define la Organización Mundial de la Salud a la salud sexual como «un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia».
En esta definición, como podemos ver, no se hace referencia en ningún momento a ningún factor limitante en relación con la edad de la persona. Es más, en la sociedad en la que vivimos, con un desarrollo demográfico que tiende claramente al envejecimiento de la sociedad, debemos de erradicar todos los tabúes que durante generaciones han negado a la persona de edad, el derecho a disfrutar de una vida sexual satisfactoria.
La sexualidad debe ser entendida como uno de los pilares fundamentales en las relaciones interpersonales conforme se acerca la madurez de la persona, siempre desde el más absoluto respeto, y con un sentimiento de ganancia y enriquecimiento personal, ya que ganamos en confianza, en valores, en sentimientos y emociones, en placer y en autoestima. En resumidas cuentas, ganamos en salud.
Una de las definiciones más citadas y más completas es la de Abraham Maslow, que define la salud sexual geriátrica como “la expresión psicológica de emociones y compromisos que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros en una relación de confianza, amor y placer, con o sin coito.” Quizás la expresión “salud sexual geriátrica” debiéramos de sustituirla por “salud sexual en la madurez”, mucho más amplia y menos limitante, ya que recoge el concepto de ser humano en una fase de su ciclo vital caracterizado por la madurez que supone las experiencias vividas, el grado de compromiso alcanzado en las relaciones interpersonales, y el derecho a vivir una vida plena en todos sus aspectos.
Muchos son los cambios fisiológicos que sufre la mujer y el hombre en esta etapa de la vida, pero ninguno de ellos debe ser limitante para disfrutar de una sexualidad satisfactoria. La autoaceptación de los mismos y la aceptación también de los que acontecen en la pareja, junto con el interés común de la vivencia de una vida plena y completa en todos los sentidos, deben marcar la senda a caminar de la pareja cara a vivir una vida placentera y longeva. Que el único límite que tengan sea el que libre y voluntariamente, deseen poner.
En este sentido, los andrólogos jugamos un papel importante a la hora de ayudar a las personas maduras, desde un punto de vista profesional, a entender mejor su cuerpo y sus sentimientos, así como a aportar recursos, y no sólo farmacológicos, que ayuden a las personas a disfrutar más satisfactoriamente de su sexualidad.
Porque recursos tenemos muchos, tanto para superar cambios o problemas fisiológicos como emocionales, pero siempre partiendo de la base que la sexualidad se basa en el respeto, la confianza y el amor, y que, aunque una erección es siempre deseable, la sexualidad no es sólo un coito.
Y en este momento que nos toca vivir, marcado fundamentalmente por la pandemia del coronavirus, donde los cierres perimetrales y los confinamientos están marcando el quehacer diario de nuestras vidas, con una importante repercusión negativa en nuestra salud mental, la salud sexual adquiere si cabe un papel más preponderante para ayudar a superar estos duros momentos, ya que el tener o recuperar una vida sexual plena, como ser individual, refuerza los sentimientos de autoestima y las ganas de vivir, y como ser social que también somos, afianza las relaciones interpersonales y fortifica nuestros sentimientos positivos, muchas veces minados ante la falta de expectativas de resolución de la pandemia a corto plazo.
Como decía Mario Benedetti, “sólo tenemos una vida y nosotros somos los encargados de hacerla maravillosa”. Vivamos plenamente y disfrutemos de nuestra salud sexual sin complejos, sin tabúes, y sin prejuicios.
(*) Médico especialista en Urología y Andrología en Área Sanitaria de Ferrol Médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Médico especialista en Cirugía Laparoscópica Máster en Suelo Pélvico e Incontinencia urinaria femenina por la Universidad de Salamanca Máster en Cáncer de Próstata Avanzado por Universidad de Salamanca Máster en UroOncología por la Universidad C. Herrera