Julia Mª Dopico Vale
El 29 de febrero de 1.996-año bisiesto-se presentaba al público la Real Filharmonía de Galicia, la orquesta que cumple ahora 25 años de gloriosa existencia y que marcará un antes y un después en el devenir musical de nuestra tierra. El antes, determinado por una lamentable ausencia de tradición y el después, que convierte a Galicia en referente musical internacional de calidad. Desde entonces y hasta ahora los más destacados artistas la acompañan en su trayectoria, asociándose además a su historia nombres de directores como Helmuth Rilling, una personalidad y autoridad internacional, considerado el embajador de la música de Bach en el mundo, Antoni Ros-Marbà o Paul Daniel, dejando cada uno de ellos su impronta personal: Rilling la profundización sobre el repertorio sinfónico-coral, Marbà el trabajo minucioso y perfeccionista y Daniel la novedosa visión en la búsqueda de nuevos y desconocidos repertorios. Nombres importantes al que se suma el del “alma mater” y fundador de la orquesta, Maximino Zumalave, que desde el principio ha sabido aportar su experiencia y conocimiento artístico, asumiendo además el compromiso que hace de la Real Filharmonía una orquesta al servicio de Galicia a través de diferentes vías: ofreciendo programaciones estables con su plantilla de intérpretes de alto nivel de exigencia en su sede compostelana y en toda la Comunidad, realizando giras internacionales que la llevan a los escenarios de Alemania, Austria, Francia, Brasil o Salzburgo, tocando en la Semana Mozart la música del genial creador; presentando estrenos absolutos de maestros y obras de compositores patrios, tanto del pasado, como por ejemplo de obras del Archivo de la Catedral, como del presente, con compositores como Groba, Durán, Xan Viaño o Xavier de Paz…o contribuyendo a la formación de los jóvenes músicos gallegos a través de la Escuela de Altos Estudios Musicales, que nace unida íntimamente a la orquesta y que ve sus frutos con una generación de destacados intérpretes que pueden tocar sin desmerecer y con toda justicia en las mejores formaciones y ofreciendo conciertos didácticos para los estudiantes gallegos que se aproximan – a veces por primera vez- al maravilloso mundo de la música.
Realiza también la Filharmonía conciertos “excepcionales”, al margen de programaciones clásicas, acompañando a grupos como Milladoiro y a artistas como Carlos Núñez o Abraham Cupeiro, que representan una especial identidad cultural y musical propia de fortísimo calado popular. Más de 12 CDs grabados recogen monográficos dedicados a Maurice Ravel, Manuel de Falla, Antón García Abril– tan sensibilizado con nuestra lírica, para la que escribe memorables páginas- o el último y de máxima galleguidad que recoge la música del compositor ferrolano José Arriola, conceptuado como uno de los grandes de la Generación de Plata; toda una recuperación histórica y una auténtica revelación y es que además, la Real Filharmonía mantiene un estrecho vínculo con Ferrol desde el inicio de su andadura, siendo habitual su presencia en el Teatro Jofre- incluso antes de la restauración- y en el Auditorio, recordándose especialmente los conciertos que tenían lugar con motivo de la celebración del “Día de la Libertad de Prensa” en donde siempre se interpretaba una obra gallega y con un solista gallego, siendo acogida la orquesta con especial entusiasmo y afecto por la ciudadanía.
Son 25 años de arduo trabajo y a veces de momentos difíciles, compensados por un éxito grande compartido con nuestra otra gran orquesta, la Sinfónica de Galicia, con la que se complementa, ya que, como apunta Zumalave “cada repertorio tiene su propia exigencia” y cada uno requiere su plantilla orquestal, siendo la nueva misión para los años venideros cuidar y fomentar esta colaboración en pro de la mejor música. “En España, para oír un buen Mozart hay que venir a Santiago de Compostela”- dice la
crítica-; tras esto, seguro que con otros 25 años, Galicia puede ser un auténtico paraíso
musical. Que así sea!.