Julia Mª Dopico Vale
“In Nomine Domine” es el sobrenombre de la Sinfonía Nº 84 en Mi bemol Mayor de Joseph Haydn, la tercera de las conocidas como “ Sinfonías de París” y en esta ocasión además, el título del concierto con el que la Real Filharmonía de Galicia, la orquesta que ilumina nuestro camino musical desde 1996, dirigida por el maestro Maximino Zumalave– “ que coas súas mans do silencio/ arrinca/a mais pura poesía…”- rindió homenaje al eminente sacerdote jesuita José López Calo, el “padre de la musicología de Galicia”, fallecido el pasado 10 de mayo y cuya intensa actividad le llevó a ser asesor musical de Radio Vaticano, profesor de musicología en el Pontificio Instituto de Música Sacra de Roma, catedrático en la Universidad de Santiago de Compostela, Fundador de la Sociedad de Musicología de Italia y de España, profesor en los Cursos Universitarios Internacionales de Música en Compostela…y a publicar libros y artículos sobre música renacentista y barroca de las catedrales españolas, destacando sus estudio sobre el Códice Calixtino y sobre la música medieval de Galicia, debiéndosele la recuperación de los instrumentos del Pórtico de la Gloria.
“Lo que importa es la música”, afirmaba en la entrevista que tuve ocasión de hacerle para las páginas de Diario de Ferrol en 2015 y en la que comentaba que su primer recuerdo de la vida era musical: “mi madre cantando sentada en el alféizar de la ventana abierta…” en aquellas tierras de Nebra, que un día le vieron nacer.
Una vida laboriosa, ocupada en los archivos catedralicios y en la que Ferrol también estuvo presente como por ejemplo en referencia a la actividad coral, concretamente
a la del Real Coro Toxos e Froles y en la figura del sacerdote-músico, Manuel Pérez Fanego.
Más que merecido homenaje musical en el que junto a la sinfonía «In nomine Domine» que mencionábamos al principio, sonaron los compases del Largo para flauta y cuerdas del 2ºmovimiento del «Divertimento Concertante» de José Arriola, el “Mozart Gallego”, que vive en la memoria colectiva del pueblo ferrolano; uno de los compositores más relevantes de la “Generación de Plata” y el creador gallego más universal. Expresión postromántica perfectamente traducida por el solista Laurent Blaiteau en esta música cargada de melancólico lirismo, como reteniendo una vida que se escapa…
Decía el Padre Calo que lo primero que iba a hacer al llegar al cielo sería ir a saludar al Padre, a la Santísima Virgen y después a Johan Sebastian Bach, por haberle hecho disfrutar tanto con su música en la tierra.
Quizás hayan escuchado juntos los dos, como en el milagro cósmico de la música de las esferas, a la Real Filharmonía interpretando la Suite Nº 3 en Re Mayor del compositor de Eisenach, el máximo exponente de las fuerzas musicales sustentadas en el sólido contrapunto y la perfección armónica y en el sentimiento que se pronuncia por ejemplo en el Air de la suite, con una de las más bellas melodías que se han escrito.
La brillante actuación de la Filharmonía fue celebrada por un público entusiasta y entregado que supo muy bien apreciar la calidad y calidez de esta música con la que todos recordaremos a “el padre Calo”.