Concerto das Letras Galegas

Julia Mª Dopico Vale

Desde el Auditorio de Galicia de Santiago de Compostela, el viernes 30 de Octubre el Consello da Cultura Galega rindió homenaje con un concierto a Ricardo Carballo Calero, el poeta, dramaturgo, narrador y ensayista ferrolano al que se dedica este año o Día das Letras Galegas.

Estaba previsto que el evento fuese en Ferrol y en el Teatro Jofre, tan vinculado al transcurso vital del insigne intelectual gallego, pero la acentuada intensidad con que azota la pandemia estos días la comarca hizo que no fuese posible, por lo que el concierto se celebró en Compostela, la ciudad que despidió el paso del escritor hace ya dos décadas. Intérpretes solitarios sobre el escenario, butacas vacías y retransmisión a través de la web del propio CCG hizo que ésta fuese la versión más atípica do “Concerto das Letras” que cumplió así su décima edición.

Tiempos difíciles, tanto como aquellos en los que este grupo de estudiosos y creadores luchaban por mantener encendida la antorcha de una cultura que se extinguía y que supieron salvaguardar y dignificar con esfuerzo, tesón y talento. Música pues en este homenaje fundida también con la palabra, en el antiguo y feliz “maridaje” que las une íntimamente desde las fórmulas más sencillas de canciones propias a todos y cada uno de los pueblos a otras más sofisticadas y complejas características de nuestra herencia culta Occidental. La Orquesta Taller Atlántico Contemporáneo dirigida por Diego García Rodríguez, fue la protagonista de la velada virtual, marcada por la contemporaneidad de un programa en el que se incluyeron obras de compositores gallegos como Fernando Buide, el ferrolano Xan Viaño, César Morán y Nani García. De Buide escuchamos Inger mi cálices, una obra inspirada en los versos del poeta latino Valerio Catulo que incitan a la celebración del vino y al goce de la vida presentados aquí en la calma de un ambiente onírico sugerido por timbres, armonías y ostinatos sobre los que la flauta solista pronuncia su particular lenguaje melódico; sonaron después las Músicas Nocturnas de Xan Viaño, una obra que transcurre en dos movimientos presentándose en el primero los instrumentos “a solo” para fundirse después en largos valores sobre los que se van produciendo transformaciones sonoras.

Momentos para la lírica con la obra de César Morán Ódiote, con texto de nuestra eterna Rosalía en voz de la soprano Esperanza Mara, con su dulce tímbrica y cálida expresividad y el momento culmen para finalizar, con el estreno absoluto de Danza, una composición por encargo a Nani García sobre el poema de Calero con el mismo título y en la que el compositor presenta ambientes diferentes para cada una de las estrofas tratando la melodía de la voz como un instrumento más, sumándose a la estupenda interpretación orquestal y vocal la coreografía original de Janet Novás, la bailarina que apuesta en sus creaciones por un lenguaje propio de sencillez estética y contenido altamente emocional.

Un magnífico concierto que mucho hubiera celebrado el público ferrolano, si bien debemos de valorar la decisión responsable y solidaria do Consello en estos difíciles momentos apostando por mantener la presencia y esencia de nuestra cultura.

 

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