Julia Mª Dopico Vale
Los instrumentos musicales que conocemos hoy en día son fruto de una constante y permanente evolución; así, mientras algunos se integran en la soberana plantilla orquestal, otros, entre ellos los conocidos como “instrumentos de pulso y púa” que incluyen guitarras, laúdes, bandurrias, mandolinas… no viven tal suerte, a pesar de que clásicos como Vivaldi, Mozart (en su Don Giovanni), Beethoven, Paganini o Heitor Villa-Lobos supieron aprovechar sus magníficas posibilidades.
La herculina “Asociación Cultural Pórtico das Artes”, presidida por Rosa González Rodríguez, se ha consolidado en Galicia como un referente encaminado a la puesta en valor, la práctica y la difusión de música para estos instrumentos y con tal fin acaba de celebrar el pasado 11 de octubre el “Encuentro Internacional de Pulso e Púa No Camiño 2020”, una gala online debido a la actual crisis sanitaria y emitida in streaming, en la que se rindió homenaje al músico brasileiro recientemente fallecido José Carlos da Silva, artista especialmente involucrado en la celebración de estos certámenes anuales desde sus inicios y todo un virtuoso de la particular guitarra de siete cuerdas utilizada en el “choro” o “choriño”, el género musical que nace en Río de Janeiro como forma autóctona de tocar ritmos importados de Europa ( el vals o la polka) o África ( la batuka o el lundú); la “primera música popular típica de Brasil” que vio su representación en la gala de mano del “Grupo de Choro Regional Diamantes Brasilia” y del guitarrista y compositor Fabiano Borges que interpretó temas como Diciembre o Desafinado .
Desde la argentina ciudad de Concordia otro guitarrista, Augusto Ayala, nos regaló la mejor versión de sus propias creaciones y el “Dúo dos Púas”, integrado por Irina
Kazimirskaya y Natalia López, nos aproximó al particular “domra”, un instrumento de la familia del laúd usado casi exclusivamente en Rusia acompañando aquí a la mandolina, heredera de la renacentista “mandola” italiana.
El grupo musical “Ayushka” dirigido por Vladimir Zykin ofreció el color y el calor del acordeón, el contrabajo, la balalaika, el damra y la voz atreviéndose incluso con una rapsodia gitana y la tuna, formación que nace en el ambiente estudiantil y universitario, tuvo su representación con la “Tuna do Distrito Universitario do Porto”, que interpretó temas representativos de nuestro país vecino como Uma casa portuguesa, Meu porto sem par o Vejam bem.
Un encuentro imprescindible para la puesta en valor de estos instrumentos que son además bien conocidos en Ferrol -no olvidemos que constituyen la plantilla de las “rondallas” de las que aquí hay abundantes ejemplos- y que nos aproximó a otras culturas y formas de expresión hermanadas a través del lenguaje universal de la música.