Como broche final a las “Xornadas de Música Contemporánea” celebradas en Compostela en las que se mostraron las propuestas más innovadoras del panorama musical actual, la Real Filharmonía de Galicia dirigida magistralmente por Maximino Zumalave, ofreció el pasado miércoles un excelente concierto de clausura poniendo en valor el papel femenino en el ámbito de la creación musical y el de nuestros compositores de Galicia.
Una brillante Filharmonía interpretaba así los compases del Concierto para Orquesta de Cuerda de la polaca Grazyna Bacewicz ( 1909-1969), una obra de importante carga emocional que combina elementos de carácter tradicional y otros armónicos propios de la evolución tonal del S. XX ofreciendo a través de sus tres movimientos pasajes vivos y enérgicos en el Allegro inicial, líricos y serenos en el Andante y rítmicos y transformadores en el final, resultando el conjunto fascinante tanto por su fantasía como por su virtuosismo. La compositora, que fue capaz de llevar la música de su país al escenario internacional, obtuvo con este concierto, considerado una obra maestra del neoclasicismo, el “Premio Nacional de Polonia” en 1950, lo que reafirma el importante papel que la mujer puede llegar a desarrollar en el ámbito de la creación musical.
Le siguieron los Mares Nocturnos del coruñés Manuel Balboa, una síntesis sinfónica de la banda sonora de la película “El baile de las ánimas” de Pedro Carvajal; música inspirada en las aguas oceánicas de A Costa da Morte (Muxía, Fisterra y Cabo Vilán) y también en las cantigas líricas de nuestros compositores históricos (Montes, Chané, Veiga o Baldomir), que refleja un profundo dramatismo a través de sinuosos cromatismos y colores instrumentales evocando la profundidad de los mundos submarinos. Con otra estética próxima al neoexpresionismo sonó From flame to memory del también coruñés Xavier de Paz, una obra altamente conceptual fruto de la reflexión del autor sobre la necesidad de presentar nuevas fórmulas en los procesos de creación y de comunicación con el oyente. En un único movimiento se entrelazan texturas cristalinas y fuertes presencias rítmicas que resuelven en un rotundo y sorprendente acorde final. Ya para finalizar del veterano de Guláns, Rogelio Groba, la Danza Sinfónica Plenilunio, una obra en la que la música evoca la claridad de la luna en contraste con la noche en la que las “meigas” danzan en aquelarre alrededor del fuego bajo el influjo de Selene, la diosa lunar que inicia su viaje cuando las sombras caen sobre la tierra.
Compases que beben de las fuentes de nuestra tradición galaica y que se transforman con elementos de marcado corte impresionista confiriendo a la obra candente actualidad. Un concierto difícil y también imprescindible mostrando al margen de repertorios consagrados, la actual y personalísima evolución del lenguaje universal de la música entre todo un fabuloso eclecticismo que se pronuncia poderosamente como expresión propia de nuestro tiempo. La Real Filharmonía de Galicia, que acaba de presentar su nueva temporada bajo el lema “Emocións naturais” estará nueva y próximamente aquí, en Ferrol, para ofrecernos como en cada ocasión, la mejor versión de sí misma.