(EP)-La Confederación Intersindical Galega (CIG) ha alertado de que 2021 será un «año muerto» en el astillero de Navantia Ferrol dado que, una vez parta a finales de este 2020 el segundo barco logístico para la Armada australiana (el primero salió el pasado miércoles), no habrá carga de trabajo hasta febrero de 2022, fecha en la que está previsto que comiencen los trabajos de construcción de las fragatas F-110 para la Armada de España.
Así lo ha expresado el responsable del sindicato nacionalista en el astillero de la ciudad naval, Marcelo Amado, en declaraciones a los medios a las puertas del Parlamento de Galicia, donde en la mañana de este jueves (jornada en la que finaliza el debate de investidura) se han concentrado decenas de trabajadores de Navantia Ferrol para reclamar carga de trabajo.
«A final de año nos vamos a quedar sin carga de trabajo. No es decir que habrá poca, es que no va a haber ninguna«, ha advertido Amado, que ha puesto el foco en que no habrá actividad, con excepción de la eólica y la eólica marina, hasta que se inicie la construcción de la fragatas F-110, lo que supondrá que «3.000 personas se queden sin trabajo hasta febrero de 2022″, cuando está previsto que arranquen las tareas, aunque la CIG da por hecho que será más tarde.
«2021 será un año muerto, desértico«, ha sentenciado el responsable de la central nacionalista, que ha apuntado que, si bien la situación afectará también a los trabajadores de la empresa principal, será más grave para la industria auxiliar. «Van a ser lo que se vayan a la calle«, ha apostillado.
Así las cosas, demandan que, ante la «imposibilidad» de que exista un encargo que cubra el período entre las fragatas australianas y las españolas, el contrato de ejecución de estas últimas «se adelante» para dotar de carga de trabajo al astillero ferrolano, donde, según ha lamentado el responsable sindical, las inversiones del plan estratégico «están siendo muy pequeñas» y limitan la capacidad de renovar sus instalaciones y actualizarlas a nivel tecnológico.