Juan Cardona Comellas-.( juan@juancardona.es)
En este maremágnum de cifras pandémicas, donde no se miente, sino que se ocultan o se omiten datos, el Centro Nacional de Epidemiología, a través de su Sistema de
Monitorización de la Mortalidad (MoMo) estimaba al final del mes de julio que, de las defunciones observadas por comparación con el año anterior se producía un exceso de
43.938 personas («Datos obtenidos diariamente de 3929 registros civiles informatizados del Ministerio de Justicia, correspondientes al 93% de la población española»).
Se puede colegir sin miedo a equivocarnos que la inmensa mayoría se corresponden con la situación producida por la pandemia del coronavirus; ya que consultadas las páginas de sucesos no ha habido catástrofe alguna en los meses de pandemia que justifique tal aumento. La cifra es discordante con la ofrecida por don «Comité Simón» de 28.445 fallecidos en la misma fecha, que por cierto sigue sin seguir las instrucciones de conteo de la OMS.
Siguiendo el MoMo, del total de las defunciones en exceso durante esos meses el 94%
corresponden a mayores de 65 años y si acotamos la edad a solamente mayores de 75
años representan el 83% del total. Hablamos de defunciones, hablamos de muertes.
¿Sobre qué grupo de españoles se debió poner la lupa del seguimiento y protección?
La respuesta está en aire. Quizás si sumamos algún experto más al «Comité Simón» puedan ordenar un nuevo confinamiento medieval para proteger a los desnortados españoles.
Una buena candidata para apoyar a Simón, sería una ministra con experiencia registrando virus que aportase igualdad entre infectadas e infectados, y un doctor en economía con experiencia de gobierno que cuadrase las cifras y añadiese aplausos por doquier. El Comité ya lo conformarían tres expertos al que se podría incorporar de oyente el ministro de sanidad.
Una vez resuelto el problema de «brotes mil» o segunda oleada, que don «Comité
Simón», desde su tabla de surf asegura controlado, fijémonos en los datos de infectados del último mes según la Red de Vigilancia Epidemiológica en su informe de 31 de julio de 2020 y comparémoslo con el de finales de abril. En el informe de abril, el 6% de los infectados tenían menos de 30 años; aumentan al 37% en el de julio. Los mayores de 70 años representaban el 36% en abril, disminuyen actualmente a tan solo al 8% y para los octogenarios la caída es del 21% al 4%.
¿Qué ha sucedido para esta inversión de cifras? ¿Han fallecido la mayoría de mayores y por tanto su porcentaje es menor? Creo que ese supuesto no se le ocurre ni al mismísimo comité de expertos, ¿Se debe a la ineficacia de las medidas de prevención una vez superada la fase III del Plan para la transición hacia una «nueva normalidad»? o simplemente a un comportamiento incívico de nuestros
discotequeros jóvenes y «jovanas» o a indomables no tan jóvenes. A estos
comportamientos quizás habrá que sumar la ineficacia del gobierno (actualmente de
vacaciones) o a la descoordinación con los gobiernos autónomos. Qui lo sa…
Sumergidos en esta colección de despropósitos nos quejamos amargamente de que uno de cada tres españoles, en edad de trabajar no pueda hacerlo, y tengan que estar
subsidiados; para colmo la campaña turística que podía echarnos una mano se ha ido a pique. Que los turistas nos abandonen y no acudan en masa a gozar de nuestras playas no es porque nos tengan manía, no hay que quejarse del pérfido inglés, solamente hay que ponerse en el lugar de los mandatarios europeos y leer las cifras que el propio gobierno PSOE-Podemos publica en la actualización nº 175 del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias: España es campeona entre los países europeos de su entorno en la Incidencia Acumulada. En los últimos 14 días con una cifra de 57,5 infectados por 100.000 habitantes ¡somos los mejores! (Reino Unido 14,6; Francia 19; Alemania 9,5 e Italia un raquítico 5,7).
Con estas cifras una pregunta retórica ¿Habremos hecho algo mal…?