Enrique Barrera Beitia
El 2 de abril de este año, publicaba en esta sección un artículo titulado “Esos simpáticos y vagos españoles”, donde criticaba la reacción de los países del norte europeo a la petición de ayuda de Italia, Grecia y España. Terminaba diciendo que aunque la UE había tenido un comportamiento decepcionante “(…) seguramente irá haciendo un esfuerzo cada vez mayor, e incluso podría llegar a fabricar más de un billón de euros, pero no por solidaridad con los que lo pasan mal, sino para evitar
que todos lo pasen mal, que es algo muy diferente”.
Y esto es lo que ha pasado. La UE aprobó un Plan de Reconstrucción de 750.000 millones de euros, de los que España recibirá 77.000 a fondo perdido y 63.000 en préstamos. Todos los países devolverán el dinero a partir de 2027 y hasta 2057, y se hará con nuevos tributos a la emisión de dióxido de carbono, la tasa digital y los beneficios a las grandes corporaciones. La recaudación media sería de 37.000 millones anuales en toda la UE.
¿ Qué conclusiones podemos sacar de esto?
1. Es un gran balón de oxígeno para la economía española, italiana, griega, portuguesa y francesa, que podrán recuperar el nivel previo a la pandemia entre el último trimestre de 2021 y el primero de 2022.
2. Es un balón de oxígeno, aunque menos decisivo, para las economías del norte de Europa, que han entendido que la crisis económica también les afecta. El dato clave es que podrían perder la mitad de las exportaciones a los países mediterráneos, y eso restaría una media de 1.000 euros a sus PIB.
3. Es la primera victoria de los países del sur frente al norte, en buena medida porque al inicial eje Madrid-Roma se unió París. Hasta este momento, el norte calvinista y luterano sólo quería hablar de préstamos con condiciones.
4. Es imposible tener un acceso tan ventajoso a créditos, si el solicitante fuera un único estado. La UE ha hecho valer su PIB de 19.6 billones de $, por detrás de China (27.3) y EE.UU (21.3).
5. Ferrol y su comarca pueden acceder a una parte de estos fondos, relacionándolos con la Transición Energética (Endesa, Navantia-Fene, Gamesa, etc).
Cuanto peor, mejor
Aunque se trata de una noticia de gran impacto, que debía alegrar a todos los españoles, ha sido muy llamativo que tanta gente esté reaccionado negativamente. Unos restan importancia a la noticia, otros dicen que no servirá de nada porque el gobierno despilfarraría el dinero, e incluso hay quien saca el tema de ETA y el apoyo de EH Bildu al gobierno, como si tuviera alguna relación. Es evidente que hay un
sesgo ideológico tan fuerte, que una parte de la población no quiere que se salga de la crisis económica con este gobierno.
La política cortoplacista de la oposición puede tener algún éxito a corto plazo, como la probable continuidad del PP al mando de la Xunta, a expensas de que la izquierda no pueda movilizar su potencial voto en una campaña tan corta, como atípica y asimétrica, pero los que piensan que Pedro Sánchez tirará la toalla se equivocan. Aguantará hasta diciembre de 2023, y podrá presumir de haber liderado la salida
de la crisis. También seguirá teniendo más apoyos en los partidos regionales y nacionalistas que el PP, y nos seamos ilusos, los insultos pasan factura.