Juan Julio Alfaya
Los niños nacen para ser felices, no para ser famosos o multimillonarios. Esto es algo que olvidan muchos padres irresponsables que se dejan cegar por la fama que pueden llegar a adquirir sus hijos superdotados. Este es el caso de Greta Thunberg y de sus padres explotadores.
Greta Thunberg, en unas imágenes que han dado la vuelta al mundo, ha declarado recientemente en un discurso ante la ONU que «le han robado su niñez y su etapa en el colegio». No hace falta ser un especialista en lenguaje gestual y corporal para ver que la adolescente sueca, de tan sólo 16 años, está interpretando un papel que le dieron otros y está siendo claramente manipulada. En la grabación alterna las expresiones de rabia intensa con otras en las que casi llega al llanto. A cada instante baja la cabeza para leer cada frase del documento en el que está escrito todo lo que tiene que decir. No he visto en su «actuación» ni un ápice de espontaneidad. Su rostro desencajado, sus gestos de víctima del sistema que, según ella, está llevando al planeta al Apocalipsis, son muy poco convincentes.
Pero, ¿quiénes estás detrás de esta adolescente que en tan poco tiempo se ha hecho famosa en el mundo entero? De momento sabemos con seguridad que está siendo entrenada por sus padres, Svante Thunberg y Malena Ernman. Si es verdad que esta niña padece síndrome de Asperger, TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) y mutismo selectivo, lo que están haciendo sus padres con ella es algo mucho peor que lanzarla a la fama. Están jugando con su salud mental y con su vida.
Los padres de Greta son empresarios del mundo del espectáculo sueco. El padre, Svante Thunberg, es un productor de teatro y actor de televisión. La madre, Malena Ernman, es una cantante de ópera que en 2009 representó a Suecia en el Festival de Eurovisión con la canción «La Voix».
Cuando Svante Thunberg conoció a Malena Ernman, la madre de Greta, le ha parecido más rentable convertirse en representante de su esposa. Sin embargo, la oportunidad de oro llegaría con el nacimiento de Greta en 2003 y su preparación desde niña para convertirla en una superestrella mundialmente famosa.
En España no han faltado niños estrella que acabaron como adultos estrellados.
Joselito, el Pequeño Ruiseñor, protagonizó 15 películas que recaudaron miles de millones de pesetas en los 60. Cantó para Fidel Castro y el Che en La Habana; también fue recibido en la Casa Blanca por el Presidente Lyndon B. Johnson que le regaló un rifle Winchester. Manejó automóviles de lujo siendo todavía imberbe. Ahora explica en su libro de memorias La jaula del ruiseñor (Martínez Roca) cómo su caída desde la fama al anonimato le condujo a un calabozo en Angola; a la adicción a la cocaína y a la cárcel, donde, a sus 74 años, parece que recuperó la cordura y aceptó su realidad. Joselito fue objeto de la codicia de quienes se hicieron ricos a su costa.
Pablito Calvo saltó a la fama con Marcelino, pan y vino, aunque protagonizó siete películas más. Al no poder superar con éxito la barrera de la adolescencia en el mundo del cine, optó por la retirada. Estudió ingeniería industrial y, a partir de 1986, se estableció en Torrevieja con su mujer y su hijo, donde regentó varios negocios relacionados con la hostelería y con la promoción de viviendas. Falleció repentinamente el martes 1 de febrero de 2000, víctima de un derrame cerebral, cuando tenía 50 años.
Marisol, ahora Pepa Flores, fue víctima de abusos, tanto físicos como sexuales, desde que tenía 8 años. Dice: «Me llevaban a un chalet del Viso con gente del régimen que iba a verme desnuda».Años más tarde se afilió al Partido Comunista, ya desaparecido. Pepa Flores actualmente reside en Málaga junto su pareja Massimo Stecchini, y está retirada de la vida pública.
¿Será Greta Thunberg otro juguete roto más por la irresponsabilidad de sus padres y la codicia de quienes se están enriqueciendo a su costa?