Miguelangel López-Ferrolano de Canido
Cuando a uno le empezaban a salir las espinillas en los 80 y en este país aún teníamos una pujante y orgullosa industria motociclista, que los chavales soñásemos con tener una moto recién cumplidos los 16 era lo más normal del mundo. Las chicas podían esperar, no había playstations y los estudios se llevaban como se iba pudiendo.
Vernos a toda máquina asustando conejos y levantando el polvo de los caminos era aún posible en unos tiempos en los que el medio natural era sinónimo de libertad y aventura. Sobre todo para los que nacimos entre las piedras centenarias de la Magdalena.
Por aquel entonces, uno no se cansaba de asistir «ojiplático perdío» a las competiciones que el MotoClub Orballo organizaba en nuestra ciudad departamental. Si, quizá la más famosa era la de la Subida a la Bailadora por el asfaltado del mismo nombre… pero no menos famosos eran los Enduros, competiciones de monte a través que recorrieron buena parte de nuestros límites, unas veces por Brión, otras por Prior y algunas otras, las que recuerdo con mas cariño, por los montes de Pedreira, Lagoa y Espiñeira. Allá nos íbamos toda la chavalada en bici, a pié o (los más afortunados) en pequeños ciclomotores con más carga que cabeza (y con cabezas sin casco, por descontado!). A veces pienso que estamos vivos de milagro 😀
El caso es que en aquel momento, para todos los jóvenes ferrolanos, patearse los bordes de la tacita de plata ferrolana era lo normal; era nuestra zona natural de esparcimiento y gracias a los miles de senderos y caminos que las Baterías de Costa nos habían regalado, era bien fácil salir de Ferrol por La Malata y acabar volviendo por Las Pías, sin haber pisado ni un metro de asfalto.
Allí arriba, en lo alto de Lagoa y tras coger el desvío a mano izquierda en Papoi (si vienes por la Bailadora y pasas El Cartero, en Raxón), estaba y sigue la vieja estación de radio de la Armada.
Hoy en ruinas y sin techo pero con sus muros de piedra dura aún en pié, el edificio es un viejo acuartelamiento en forma de L, de unos 14 metros de ancho en su zona más estrecha (y 30 en el pié de la L) por unos 65 de largo,de sólida mampostería y suelo de terrazo. Lo del suelo lo imagino… porque en este momento está cubierto por cascotes, tierra y yerba.. y una generosa ración de “regalos caprinos”. Llegar hasta allí arriba ahora aún sigue siendo fácil, pero la vieja pista militar ha pasado a ser un empedrado camino apto para coches… con tal de que vayas despacio.
Lo que verás al llegar arriba es, quizá, una de las mejores y más apabullantes vistas de toda Ferrolterra. Mirando al horizonte y al este, tienes Pico da Vela y Campelo en primera línea y Valdoviño al fondo. Desde allí, y a tu espalda, el enorme valle que deja A Frouxeira y se acerca hasta Leixa, sobrevolando Ferrol mientras sube a Mougá, Monteventoso y Prior. En esa deslumbrante visión en 360º, volverás a donde estabas recorriendo los arenales de Santa Comba y Ponzos, desde donde podrías también subir a estas instalaciones por las pistas de la Senda Artabra desde Covarradeiras o Vilarquinte.
Y uno, allí arriba, sintiéndose algo parecido a un pájaro… no puede dejar de pensar en que a buen seguro habría otros como él a los que les encantaría pasar unos días ahí, en esa vieja estación ahora reconvertida en un coqueto y exclusivo hotel de naturaleza, teniendo decenas de pistas por las que rutear a pié o en bici, hacerse unos bautismos de aire en los parapentes que despegan desde allí, perseguir aves con nuestra cámara, visitar las viejas Baterías de Prior y Campelo… o simplemente alejarse del mundo descansando la vista en el horizonte sabiendo que la Estatua de la Libertad nos espera en el mismo paralelo, unas pocas millas más allá.
Más info: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/v-marcha-50-km-a-pe-costa-artabra-de-ferrol-09-06-18-25640735
ftp://ftp.geodesia.ign.es/Red_Geodesica/Hoja0006/000683.pdf
http://www.naron.es/web/cat/es/ocio/rutas/get/1
http://www.rcg.cat/articles.php?id=484
http://www.sociedadecolumba.com/downloads/271