Enrique Barrera Beitia
El INE presentó en junio de 2017, un macro-estudio sobre las 126 ciudades españolas con más de 50.000 habitantes, que se puede consultar en Internet. Con 25.129 € de renta media por habitante, Ferrol ocupa el puesto 87, y en Galicia somos superados por A Coruña, Santiago, Vigo y Pontevedra, estando por delante de Lugo y Ourense.
En junio de 2018 nuestra ciudad tenía una tasa de desempleo del 18.5 % (5.382 parados), superior a la media estatal (15.2%), y a nuestros vecinos de A Coruña (15.8%), pero en este estudio, hay otros datos que seguramente han pasado desapercibidos, pero que son muy importantes. Uno es que somos, después de León, la ciudad con una tasa de actividad más baja (51.4%), y otro que empatados con Salamanca, somos la ciudad con una media de hogar de menor tamaño (2.3 personas); ambos registros indican una proporción de personas jubiladas mucho mayor que la media, y una elevada emigración de gente joven.
Sin embargo, es seguro que en el momento en que se inicie la construcción de las fragatas, bajará notablemente el paro en la ciudad, y aumentarán los ingresos brutos por hogar. Somos una ciudad yo-yo, de manera que cuando hacemos barcos estamos muy bien, y cuando las gradas están vacías, estamos muy mal. Los cálculos indican que las nuevas fragatas darán empleo directo a 3.200 trabajadores (1.300 de Navantia, y 2.100 de las CC.AA), además de 3.600 empleos indirectos en las cadenas de suministros. Es verdad que parte de estas personas no viven en Ferrol, pero no es descabellado pensar que el paro descienda hasta el 10%, que el ingreso medio por hogar suba 1.500 euros, y que adelantemos nueve puestos en el listado.
Dilema moral
Los lectores de Galicia Ártabra conocen la crisis que ha provocado con Arabia Saudí la cancelación de un contrato menor de 400 bombas, que hubiera acarreado en represalia la cancelación del macro-contrato para entregar varias corbetas. Esto obligaría a repartir entre los astilleros de Cádiz y Ferrol la construcción de las F-110. Cuando estoy a punto de entregar este artículo, la prensa informa que España se aseguraba el contrato tras una reunión de alto nivel con el embajador árabe.
Es el dilema moral entre dejar sin trabajo a miles de familias, o entregar armas a un gobierno que las usa contra población civil.