Julia Mª Dopico Vale
“Ferrol es una ciudad que ama la música y que quiere tenerla cerca”. Son palabras del maestro Narciso Pillo, catedrático en el Conservatorio Superior de Música de A Coruña, saxofonista y director desde su fundación de la flamante “Banda Ferrolá” que culminó en la mañana del pasado domingo su “III Ciclo de Invierno-Primavera” con un concierto de excepción, a la altura de la tradición bandística de la ciudad y de sus músicos, representados esta vez por los intérpretes que la integran haciéndola crecer y consolidarse cada vez más.
Brillante el repertorio elegido para la ocasión con el poema sinfónico Vasa del compositor valenciano José Suñer; después Nimrod de Edward Elgar, una obra que se corresponde a la variación 11 de Variaciones Enigma en transcripción de Alfred Reed.
Música delicada y extremadamente lírica, de sutil fineza que obliga a los instrumentos de viento a recrear la dulzura de las apolíneas cuerdas. También las Fantasy Variations, 20 variaciones sobre el tema del Capricho Nº 24 de Niccolo Paganini desarrolladas por James Barnes, profesor de música en la Universidad de Kansas, que dedica una diferencia para cada uno de los instrumentos que forman la agrupación- oboe, clarinete, saxofón, trompeta, percusión…Todo un reto para la capacidad de cada sección instrumental superado por los intérpretes cum laude y ya como estreno absoluto el poema sinfónico Mariñán escrito especialmente para la ocasión por el jovencísimo León Durán que a sus quince años dejó bien patente su maestría y conocimiento de la técnica compositiva en una obra exigente y al mismo tiempo sugerente y poética. El compositor dejó muy alto el pabellón -como corresponde a la dinastía musical de sus apellidos- si bien conviene recordar su nombre, León, porque de su música…se hablará; tal y como hablamos hoy del estupendo concierto de la señera “Banda Ferrolá”.