Julia Dopico Vale–
“Vierte el sonido como vino encantado
afloja las notas cual aguacero de plata”.
Siguiendo nuestra tradición cultural celebramos musicalmente la mágica noche de Reyes con el concierto de la Real Filharmonía de Galicia, integrada por cincuenta músicos de distintas nacionalidades con un encomiable espíritu de universalidad en clara apuesta por los propios talentos musicales de Galicia que desde la capital compostelana ofreció esta vez una sorprendente propuesta bajo la batuta del internacional Diego Masson y dos jóvenes solistas gallegos que dejaron bien alto nuestro pabellón musical, el saxofonista Xabi Casal que interpretó en un lenguaje marcado por la contemporaneidad y la exigencia técnica el Concertino de Cámara para saxofón y orquesta de J. Ibert con sentido lirismo y gran expresividad y la pianista estelar Isabel Pérez Dobarro con las Variaciones Sinfónicas de César Frank, el compositor de “las catedrales del sonido”, como decía A. Broneau; una obra de generoso caudal melódico y armónico, densa hondura poética y emocionante pasión. La calurosa acogida del público que llenaba el Auditorio hizo que ambos nos regalasen dos propinas con bellos y evocadores compases de Piazolla y el Scherzo para saxofón y piano de otro de nuestros grandes compositores, Octavio Vázquez. Sin pausa ni tregua el concierto ya a solo con la Filharmonía continuó con la Sinfonía Nº 1 en Do Mayor de G. Bizet, quien decía que el compositor ha de ser “fantasioso, atrevido, imprevisible y encantador”; una obra de juventud de tradicional estilo que se pronunció atrayente con su conmovedora frescura recordando a Schubert o a Mozart, “el divino”. Un magnífico regalo musical para esta noche de ilusión con la que despedimos las fiestas navideñas esperando que el recién nacido 2018 nos depare más y buena música para Galicia y para Ferrolterra.