Chapuceros catalanes

Manuel Molares do Val-

Con los JJ.OO de Barcelona y la primera línea de trenes a 300 kilómetros por hora desde Madrid a la Exposición Universal de Sevilla, en 1992 España dejó atrás su fama de país chapucero e impuntual y apareció ante el mundo como una democracia eficaz a la que se calificó de “Alemania del sur de Europa”.

España se asentó entre los países más fiables del planeta, aunque durante este cuarto de siglo hasta hoy la corrupción fue invadiendo a los partidos, estuvieran en el poder o en la oposición.

Por fortuna, el sistema creado en la Constitución de 1978 resuelve sin descomponerse situaciones adversas, desde ataques terroristas hasta crisis económicas como la iniciada en 2008 y aun no superada; incluso, aunque lentamente, persigue la corrupción.

Pero también han vuelto las chapuzas donde menos se esperaban, en la afanosa Cataluña declarada independiente por sus políticos separatistas, aunque tras su fracaso dicen hoy que “simbólicamente”.

Sin que el Gobierno hubiera actuado para impedírselo, los nacionalistas catalanes, además de corruptos, decidieron declararse independientes hace poco más de un mes tras apoderarse de las estructuras del Estado que administraban.

Lo que se descubrió enseguida fue la gran chapuza de los supuestamente eficaces políticos catalanes: no calcularon que el Estado pararía la independencia con la ley, ni la huida de empresas que está empobreciendo su territorio, ni el rechazo internacional, ni la ruptura de familias y amistades.

Reconocen ahora que no habían hecho ni un solo cálculo realista sobre el futuro, en el que quizás Cataluña pierda hasta la mitad de su PIB.

En 1959 unos economistas catalanes elaboraron el Plan de Estabilización liberalizador que inició despegue económico español. Dañado ahora, 58 años después, por la chapuza de catalanes contemporáneos.

Lea también

Una nueva especie invasora, los charlatanes- (Pedro Sande)

Pedro Sande García Las dos características que convierten a una especie en invasora son, la …