Ahora, cuando caen las hojas del otoño, lo hacen también las partituras musicales en los atriles de la música para Galicia promovida por nuestras entidades, en esta ocasión la Orquesta Sinfónica de Galicia que en un renovado Palacio de la Ópera y bajo la batuta de Dima Slobodeniouk interpretó el Canto Fúnebre de Stravinski y la Sinfonía Nº 2 en Mi m, “Resurrección” de Gustav Mahler, para lo que fue requerida la intervención del impecable coro de la OSG y las voces solistas de la soprano Marta Mathéu y la mezzo Okka Von Der Damerau.
Obras que presentan el nexo común de su carácter fúnebre, si bien mientras que el Canto de Stravinski se olvida inexorablemente tras su estreno en San Petersburgo, “la segunda” de Mahler goza desde siempre del entusiasmo y beneplácito del gran público. Ambas nos sitúan ante el hombre y su destino, el Canto de Stravinski a través de un Largo Assai en el que la introducción llena de misterio es sucedida por el noble tema de la trompa para alcanzar el clímax en los metales, y en Mahler, el compositor que “sólo podía componer ante emociones intensas”, la música transcurre apasionadamente en una obra cuyo carácter programático está latente junto a su impresionante magnitud y las profundas dimensiones.
Surge el primer movimiento con la gigantesca Marcha Fúnebre y dulces pasajes que alumbran la luz de la fe, sigue el Andante y el irónico Scherzo, en el que traduce musicalmente la predicación a los peces de San Antonio de Padua. Ya en el 4º movimiento, la mezzo presenta la poética idea de la luz alumbrando hacia la eternidad y se concluye con la “Gran Llamada” del Scherzo final, en el que en medio de la confusión se proclama: “No has nacido inútilmente”, “No has vivido en vano”.
Así de poderosa se inaugura la temporada de la Sinfónica en la que se prevén al menos cinco conciertos en Ferrol. Como para no perdérselos!!!