Dos ferrolanos en el castillo de Hartheim

Enrique Barrera Beitia

Con la rendición francesa ante el Tercer Reich en el verano de 1940, unos 9.000 españoles prisioneros (veintitres de ellos ferrolterranos) quedaron en un limbo jurídico. Habían firmado un contrato de alistamiento con el ejército francés “hasta que la guerra termine”, por lo que quedaron licenciados y sin cobertura legal. Los alemanes consideraron que ya no eran prisioneros de guerra a los que aplicar la convención de Ginebra, y ofrecieron su entrega al gobierno español. Esta oferta fue rechazada, y en una negociación celebrada el 13 de septiembre de 1940 en Berlín entre Heinrich Himmler y Ramón Serrano Suñer, se acordó su internamiento en Mauthausen.

Ramón Serrano Súñer y Heinrich Himmler en Berlín.

A pocos kilómetros de este tristemente famoso campo de concentración, se encuentra el castillo de Hartheim, donde se entrenaban los SS encargados de manejar las cámaras de gas y donde unos cuarenta médicos realizaban experimentos médicos, usando como cobayas precisamente a los presos de Mauthausen que se encontraban en peores condiciones físicas, y por tanto no eran útiles para el trabajo esclavo al que estaban destinados. En Hartheim fueron asesinados 7.688 prisioneros, entre ellos 499 españoles.

Uno era Pastor Ramón García Seoane, nacido el 2 de septiembre de 1915 en el lugar de Aldea, parroquia de Covas. Entonces pertenecía al concello de Serantes, actualmente integrado en Ferrol. Su padre (Manuel García Rodríguez) era labrador, y la familia de su madre (Manuela Seoane Castro) tenía el apodo de “los pastores”. El 23 de septiembre de 1941 fue enviado a Hartheim y murió en la cámara de gas. Sus hermanos (Manuel, María, Ángel y Jesús) desconocían su trágico final

El castillo de Hartheim y la cámara de gas construída para entrenar al personal de las SS, encargados de las tareas de gaseado. Para los nazis eran importante comprobar que no se derrumbarían psicológicamente al desempeñar esta tarea. Nadie suspendió.

Otro era Carlos Romero Rebón, nacido el 24 de marzo de 1915 en la parroquia de Cervás del concello de Ares. Era hijo de Luis Romero Ortiz (labrador) y de Isolina Rebón Montero. La familia vivía en el número 47 de A Louseira, pero se trasladaron enseguida a San Felipe (Ferrol). Su hermana María se casó con Vicente Pita, el herrero de Brión, y vivían en Cotobade.

Fue enviado a Hartheim el 14 de febrero de 1942 y usado en algún tipo de experimento médico, sin que pueda realmente precisar mucho más. Sabemos que los médicos nazis experimentaban con el uso de la testosterona, los piojos, la tuberculosis y los procedimientos quirúrgicos, infectando deliberadamente a los presos. Tras consultar en un foro especializado, por las fechas en que llegó lo más probable es que fuera expuesto a explosivos para luego ensayar técnicas quirúrgicas de emergencia, intentando reproducir las condiciones reales del combate en campo abierto. Su familia desconocía estos hechos.

Terminada la SGM se aprobó un código ético para testar los fármacos y los procedimientos terapeúticos, pero no se ha respetado totalmente. Sabemos que se ha usado a indígenas de la cuenca del Amazonas, a indígenas mayas guatemaltecos, y que a unos 20.000 reclusos y deficientes mentales estadounidenses se les inoculó yodo-131 y cromo-50 en las tiroides.

Señores, no estén tan contentos por haber terminado con Hitler,
porque el vientre que lo parió, sigue fértil.

Bertol Brecht

 

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