Adiós a Zedda

Julia Mª Dopico Vale

El pasado lunes el mundo de la música se entristecía con la noticia del fallecimiento del gran director de orquesta de fama internacional Alberto Zedda, vinculado especialmente a Galicia y Ferrolterra a través de su constante colaboración con la “Asociación de Amigos de la Ópera” de A Coruña a través del “Festival Mozart” e impartiendo los cursos de técnica vocal con su nombre en los que muchísimas jóvenes promesas de nuestro panorama lírico actual pudieron disfrutar de sus extraordinarias enseñanzas, a nivel técnico y también artístico y humano, ya que como se pronunciaban los “Amigos de la Ópera”: “jamás olvidaremos las experiencias que nos brindó en estos años. Formidable intérprete de un repertorio excelso, formidable pedagogo y persona de extraordinaria calidad humana”.

Profundo conocedor de la obra de Rossini, hasta el punto de ser él mismo Rossini, como afirman algunos y extensivamente del repertorio romántico italiano, el Maestro reconocía que la labor de un director era aunar voluntades, respetar puntos de vista, marcar una idea con firme trazo y vivirla con un espíritu sempiternamente joven ( “la música requiere juventud” ), entusiasmo y exigencia, procurando que el sonido, la música, se transforme en otros nuevos discursos que nos lleven más allá, en algo que sea, verdaderamente arte.

En la foto, el Maestro Zedda con Marcos Seoane, «BatutaseBanstons».

La presencia de Zedda en Galicia era pues algo habitual. Hace un mes aproximadamente el violinista y profesor Marcos Seoane lo invitaba a participar en la celebración del “25º Aniversario del Conservatorio  Profesional de Música de Culleredo”, en acto entrañable bajo el lema “BatutaseBanstons”, en el que cicerone y Maestro conversaron públicamente durante casi una hora en lo que se convierte en una de las últimas, si no la última, entrevista al célebre director y que se recoge, elaborada periodísticamente en las páginas de “Nordesía” (Diario de Ferrol) y “La Galería” ( El Ideal Gallego), en lo que quiere ser mi particular despedida a Alberto Zedda desde la admiración y el profundo respeto al hombre que desde su debut en el “Teatro Nuovo” de Milán hasta los 89 años vivió intensa y enérgicamente su pasión por la música, dejando su huella en tantos que de una manera u otra pudimos disfrutar de compartir sus pensamientos y su sensibilidad intelectual y artística. D.E.P.

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