Tenemos una amplia administración, empezando por el gobierno central, los gobiernos autonómicos, las diputaciones provinciales y más de 8.000 ayuntamientos; pero los montes y bosques siguen abandonados, ahora ya arden también en invierno (últimamente en Cantabria y Asturias).
Para evitar los incendios hay que limpiar los montes y bosques de las malezas como zarzas, tojos, arbustos sin controlar, etc, así como podar árboles, cortar los que por su edad se aprovechen para madera y plantando nuevos árboles de acuerdo a cada zona. De esta manera tendríamos material para obtener biomasa o hacer quema controlada y haríamos rentable la producción de madera en nuestros bosques.
Las autonomías deberían coordinar con los ayuntamientos la creación de equipos de trabajadores, con la maquinaria adecuada y contratados todo el año para hacer esos trabajos. En la financiación del proyecto cooperarían las distintas administraciones, así como establecer un impuesto a los dueños de las fincas. Esto sería una buena inversión pues gastaríamos el dinero en generar empleo y obtener madera. Se gastaría más que con los sistemas de apagafuegos que tenemos en la actualidad, pero con una gran diferencia: ahora todo queda quemado.
Andrés Sanjurjo Martínez