(De nuestra colaboradora María Fidalgo Casares)-La abogada ferrolana A;I.F.L, perteneciente a una conocidísima familia de la ciudad acaba de ganar la batalla al Comité Galego de Xusticia Deportiva. La sentencia confirma que su hija la joven campeona hípica C.G. fue injustamente desposeída de su Medalla de Plata, ganada en pista en la modalidad de Ponis B
Quiere mantener la privacidad para proteger a la menor, pero cuenta en exclusiva para nuestra colaboradora el duro proceso y los kafkianos detalles del mismo.
Los profanos probablemente desconozcan que los ponis tienen categorías que tienen que ver con su medida en alzado, pero todos los padres saben lo que supone para un niño el ganar una medalla en un deporte y la ilusión que supone el reconocimiento de su esfuerzo y su tesón en la práctica del mismo.
Todo comenzó cuando los padres de la niña, compraron ilusionados en 2011 un poni para su hija. Un poni que por sus medidas correspondía a la categoría B . Como tal, ya había participado en campeonatos oficiales desde 2008 a 2011, y los certificados veterinarios hasta 2012 corroboraban esta adscripción. Sin embargo ese mismo año, cuando fue a participar en el campeonato de España una nueva medición estimó que sobrepasaba en 0,5 cm lo estipulado y no se permitió a la niña participar. Era imposible que el poni hubiera crecido ya que era de avanzada edad por lo que su madre una reputada abogada ferrolana con bufete en A Coruña, A. I. F, L recurrió esta medición, que fue ganada en primera instancia ante el Juzgado Central de Madrid, confirmándose finalmente por la Audiencia Nacional.
Entre recurso y recurso, la niña se presentó al Campeonato de 2013 y la Federación viendo que había sido muy perjudicada ya que se había negado injustamente su participación el año anterior, permite que compita. La Federación Hípica Española (F.H.E.) envía a tres veterinarios a realizar una medición al poni y los tres confirman su adscripción a la categoría Ponis B, por lo que compite con todas las de la ley y la niña compensa en parte la frustración de que no la hubieran dejado competir el año anterior haciendo un gran papel y obteniendo la Medalla de Plata.
La niña fue injustamente desposeída de su Medalla de Plata
Sin embargo la pesadilla vuelve a comenzar y dos padres denuncian la medición del poni. Curiosamente una de las hijas de los denunciantes había obtenido un cuarto puesto y con la eliminación de la coruñesa obtendría la Medalla de Bronce. Entre las peregrinas alegaciones esgrimidas por los denunciantes estaba que «habían maltratado al poni para reducir su alzada» «que habían obtenido la medición mediante fraude»– recordamos que de tres veterinarios de la F.H.E. -Pero todo no quedó ahí, según consta en la denuncia «llegaron a increpar a la niña con insultos como mentirosa, tramposa, maltratadora de tu animal al que no das ni de comer ni de beber».
Pese a que todos los informes ratificaban la adscripción del poni a su categoría… sorpresivamente el Comité Galego de Xusticia Deportiva, que preside Don Miguel Juane, cede a las presiones de los padres citados y retira la Medalla a la niña, apenas tres días antes de la Gala de entrega, un acto que para los niños- y adultos- aficionados a la hípica es un acto muy especial y emocional en el que se reconoce los méritos y el tesón de un deporte en el que la práctica y la disciplina- valores cada vez más ponderados en estos tiempos- lo son todo. No es difícil imaginar el dolor y el daño que supuso no sólo para la niña, sino también para sus padres, sin poder consolar a su hija con una explicación válida, y mucho menos siendo ambos padres abogados esgrimir algo tan lejano para ella como la incompetencia profesional.
El hecho de la gala podría parecer en sí algo poco relevante, pero todos sabemos que hay hitos que van jalonando capítulos de nuestra existencia y especialmente los de la infancia adquieren una honda dimensión. Por ello incluso sin hilar muy fino, podría detectarse incluso cierto ensañamiento con la menor.
Una madre coraje
La madre, desencantada por esta historia kafkiana, pero con coraje quiso seguir litigando, queriendo demostrar fehacientemente ante el mundo del deporte y sobre todo a su hija, que sus esfuerzos no habían sido en vano y que ella había ganado «de verdad». Presentó un recurso contra la resolución del acuerdo del Comité Galego de Xusticia Deportiva, que hoy dos años después es estimado en su totalidad.
La sentencia señala que el Comité Galego de Xusticia Deportiva, que preside Don Miguel Juane, se excedió del ámbito de actuación que al Comité le confiere la ley.
Una victoria legal, que saca a la luz extraños entresijos de los organismos gallegos y posibles tráficos de influencias, pero a la vez una amarga victoria que ha desencadenado que la niña y sus hermanos huyeran de cualquier actividad que pudiera ser juzgada por ese comité para no volverse a encontrar en una situación similar y al fin abandonaran la competición y dejaran de montar.
Una pérdida para el deporte gallego, ya que C,G. era, una joven promesa que con 10 años ya había sido campeona de España individual y por equipos en Madrid. y campeona Gallega en diversos años.
«Como puedes explicar a tu hija que ese Comité que se dice de Xusticia Deportiva”, que para más inri es presidido por una persona a la que ella conoce desde hace mucho tiempo, es la que le ha hecho pasar tal amargura» – comenta su madre A.I. F. L
El exceso en el ámbito de actuación que al Comité Galego de Xusticia Deportiva, le confiere a la ley, ha tenido como consecuencia no sólo la pérdida de ilusión de una niña en un deporte, sino también una pérdida moral para el deporte en sí. Esta victoria legal exige se depuren responsabilidades en aras de que el deporte se muestre tal y como debe ser: la actividad que refleja los valores de una sociedad equilibrada y justa, algo que visto lo visto en la hípica gallega no sucede
Saludos a la familia!