Preparativos en Puerto Real para cortar la chapa de los petroleros

(Fot. Antonio Vázquez)
(Fot. Antonio Vázquez)

(Lavozdigital.es)-JAVIER RODRÍGUEZ

El astillero de Puerto Real se prepara para iniciar la construcción de los cuatro petroleros que ha encargado el grupo vasco Ibaizábal a Navantia a través de su armador Ondimar Transportes Marítimos. El simbólico corte de chapa que tendrá lugar en breve en uno de los talleres de cabecera supone el pistoletazo de salida a una obra que devuelve la actividad a las plantas de la Bahía después de cuatro años de sequía.

Los astilleros gaditanos han hecho acopio de los primeros bloques de acero para ejecutar la puesta de quilla antes de finales de año. Navantia ha tenido que adelantar en cierto modo sus planes para ceñirse a la normativa vigente sobre petroleros. Esta ley cambiará a primeros del próximo 2016 y de no haber iniciado la obra en este último trimestre, Navantia hubiera tenido que introducir algunas modificaciones que habrían retrasado su ejecución.

El contrato para la construcción de estos barcos se firmó el pasado 30 de julio después de una dura y difícil negociación que arrancó el 9 marzo de este mismo año con una declaración de intenciones entre Navantia y el grupo vasco. Esta carta de voluntades recogió inicialmente la hoja de ruta a seguir, mediante la cual se selló el compromiso entre las partes para desarrollar la construcción de cuatro petroleros, con opción a dos más, de la serie Suezmax.

Se trata de buques especiales para transportar crudo por el canal de Suez. Las negociaciones futuras, según esta primera carta de intenciones, comprenderían tanto las «especificaciones técnicas» como el precio de los buques, que tendrían las dimensiones adecuadas al canal de Suez, que separa los mares Mediterráneo y Rojo. Al carecer de esclusas, como es el caso del canal de Panamá, las limitaciones al tráfico marítimo las definen el calado del buque y la altura del puente.

Poco a poco el proyecto fue tomando forma, sin embargo, la propia SEPI, Sociedad Estatal de Participaciones Industriales a la que pertenece Navantia como empresa publica, mostró sus reparos hacia este encargo, ya que no genera valor añadido para la industria nacional. No hay que olvidar que Navantia participa en este proyecto solo como mano de obra. La patente tecnológica y el diseño de los buques son coreanos, es decir, Navantia ha logrado sacar adelante esta construcción en la Bahía de Cádiz gracias a una alianza estratégica con el astillero asiático de Daewoo, que será el que aportará, además del diseño, los bienes de equipo.

A la espera de dos más

El segundo avance de la negociación de los petroleros llegó el 16 de mayo, en víspera de las elecciones municipales, con la confirmación del proyecto. El acuerdo emplazó a las partes a firmar el contrato definitivo en junio, sin embargo, las diferencias surgidas entre Navantia y la SEPI, lo alargaron hasta el 30 de julio.

Finalmente, después del amargo debate sobre la viabilidad o no de este encargo, las aguas volvieron a su cauce y Navantia y el grupo Ibaizábal firmaron el contrato de obra ‘in extremis’ con la bendición de la SEPI y el aval del gobierno español.

De esta forma, Navantia construirá en una primera fase cuatro petroleros para el grupo Ibaizábal y antes de final de año se decidirá sobre las otras dos unidades que integran la segunda fase del programa. Para ello, es clave que el grupo Ibaizábal cierre nuevos acuerdos con los clientes finales que demandan esta flota. Es decir, el grupo Ibaizábal, a través de su armador, Ondimar, promueve esta operación naval para satisfacer las necesidades de Cepsa y Repsol. Ambas compañías demandan petroleros para transportar crudo por el canal de Suez pero, de momento, el acuerdo suscrito con Ibaizábal atañe a cuatro unidades, aunque todo apunta a que en los próximos meses se firmará la ampliación del contrato a dos más. El grupo Ibaizábal alquilará la flota por medio de ‘leasing’ a Cepsa y Repsol.

La obra supone 23 meses de carga de trabajo, que se repartirán entre el astillero de Puerto Real y la factoría gallega de Ferrol, aunque la Bahía de Cádiz será el epicentro de la producción. La factoría gallega se encargará de fabricar los bloques de proa que, posteriormente, se ensamblarán en la Bahía de Cádiz. El contrato supone además un revulsivo para la industria auxiliar, que aportara soldadores, caldereros y tuberos. La construcción de cada barco supondrá unas 725.000 horas de trabajo, es decir que para los 4 primeros el volumen de mano de obra será de unos 3 millones de horas de trabajo para los astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz y en la Ría de Ferrol y las empresas auxiliares.

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