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Sr. Director:
En Galicia hay muchas fincas de cultivo en el abandono. Es decir, están a campo muchas hectáreas que producirían muy buenas cosechas de patatas o cereales como trigo, maíz o centeno. Y cada vez van en aumento, pues se están jubilando más agricultores de los que se incorporan.
La Xunta, que fomenta las cooperativas en otras actividades debería de activar con urgencia un proceso intenso de formación de cooperativas nuevas para aprovechar ese potencial de producción, y al mismo tiempo daría empleo a muchas personas. Los ayuntamientos deberán cooperar hablando con los propietarios para que les presten o arrienden las fincas a las cooperativas.
Otro abandono enlazaría con la solidaridad, pues en Galicia también hay más de 1.500 “aldeas abandonadas y sin papeles”. Entonces la Xunta deberá actuar a través del gobierno central para invitar a los refugiados a venir a esas aldeas y puedan vivir dignamente de su trabajo.
Según el reparto de refugiados de la Unión Europea, a España le correspondería aceptar a 15.000. Si asignamos 10 personas a cada aldea, tendríamos de nuevo las 1.500 aldeas en plena actividad.
Andrés Sanjurjo Martínez
