Manuel Molares do Val-(molares@yahoo.com-cronicasbarbaras.com)
Xavier García Albiol, el líder del PP para las elecciones autonómicas catalanas del 27 de septiembre, impone más que por sus dos metros de altura como antiguo de jugador de baloncesto, por su impetuosa imagen de boxeador de pesos pesados que se ofrece a pelear contra todos los partidos rivales.
A sus 48 años, y tras los últimos cuatro como alcalde de los 220.000 habitantes de Badalona, ciudad satélite de Barcelona, perdió su cargo en mayo pese a haber aumentado el apoyo popular hasta obtener el doble de concejales que el segundo partido, Guayem Badalona, el Podemos local.
Guayem, sumada a los independentistas y a los socialistas, derrocó a Albiol, que ahora es para el PP catalán su “gran esperanza blanca”, como los boxeadores caucásicos que suelen ser masacrados por campeones negros.
Badalona ya está incorporada al camino independentista con el apoyo del PSC local y al que, no debe olvidarse, Pedro Sánchez deja que actúe como secesionista. ¿Dónde está su gran bandera nacional?
Desde un punto de vista histórico esta conducta es peor que la de los corruptos del caso Púnica, por los que Snchz pide explicaciones, pero que ya están en la cárcel, mientras los compañeros socialistas continúan «impasible el ademán» sirviendo a Mas y Junqueras impulsando una secesión que puede terminar en drama.
Casi todos los medios informativos se han abalanzado sobre Albiol acusándolo de xenófobo por su lema “Limpiando Badalona”, con el que anunciaba, además de mejorar la higiene de las calles, el rechazo a los gitanos rumanos que, según él, no trabajan y sólo delinquen y mendigan.
Señalaba también a norteafricanos que, igual que decía el exalcalde de Vitoria y nueva estrella del PP, Javier Maroto, rehúsan trabajar pero exigen salarios, y viviendas gratis.
El mensaje de Albiol, aunque también una gestión eficaz, fue poderoso e incrementó su voto en las paulatinas elecciones, lo que obliga a verlo como motivo de crecimiento.
Puede ser que represente sociológicamente a toda Cataluña. Que quizás muchos catalanes crean como Albiol que hay inmigrantes deseables de cualquier origen si quieren realmente trabajar, e indeseables a los que consideran delincuentes o aprovechados extractores de los beneficios sociales.
Se daba por muerto al PP en Cataluña. Los medios y los demás partidos temen ahora que se agigante como Albiol y que, pensando como él, muchos catalanes le voten.