La poética subjetividad de la realidad cotidiana
María Fidalgo Casares, crítica de arte.
Manuel Pombo presenta en el Torrente «Ferrol en Reflexos» (*) donde se constata con claridad una huída de los convencionalismos de las clásicas representaciones fotográficas, para buscar una nueva trayectoria plástica y estética sin salirse de su entorno más cotidiano y cercano, en este caso su amada ciudad de Ferrol.
En este camino, llega a la plasmación de la realidad objetiva, pero esta vez subjetivada y transmutada a través del reflejo de la misma en otras superficies: cristal, espejo, superficies de agua…
El reflejo del «charco» ya es un clásico de la fotografía ferrolana desde que en el siglo pasado el mítico Manuel Ferrol cultivara esta faceta, así como su discípulo Manel.
La originalidad de Pombo es que no se ciñe a la duplicación de realidades simétricas o distorsionadas en el reflejo, sino que busca un algo más… un enfoque que a veces se materializa en la imagen falseada, otras en el sesgo de lo representado, o en hallazgo del punto de vista atípico y único que singulariza un objeto cercano. Consigue prolongar su creación más allá de la representación fotográfica, invadiendo el espacio del que observa. Así Pombo desconcierta en todas y cada una de las imágenes salidas de su lente.
Paralelamente a este logro técnico, sus creaciones aparecen impregnadas de una gran sensibilidad artística que logra a través de dos caminos: composición y color. Un singular y atinado estudio compositivo de los elementos confiere a sus obras una gran expresividad y modernidad y el uso de un registro cromático con matices de gamas atemperadas en negros, grises y ocres…salpicadas de blancos o motas de colores anecdóticos, hacen que las imágenes de edificios, escaparates, figuras humanas.. todo el cosmos que protagoniza sus composiciones junto a la « poética del charco» destilen un halo de melancolía. Una impresión nostálgica desborda la esfera de la captación sensorial para entrar en órbitas afectivas, en este caso las emociones que suscita su ciudad Ferrol y el sabor agridulce de una decadencia inexorable.
Pombo logra en esta muestra no sólo impactar al espectador, sino ir más lejos y entrar en un mundo imperceptible, efímero, pero que está ahí y consigue llevar a su lente una mágica cotidianidad no exenta de misterio.
Gran observador y artista. «Ferrol en Reflexos» de Pombo es una exposición más que meritoria. Su plasmación de la poética subjetividad de la realidad cotidiana, es casi imprescindible para los amantes del arte.
(*)-Muestra inaugurada en la tarde de este viernes, día 5 en el centro cultural «Torrente Ballester» y que permanecerá abierta al público hasta el día 19 de este mes.