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El alcalde de Cedeira, Luis Rubido, avanzó en la mañana de este miércoles, día 25, «a firme intención do grupo Riberra de Oja, Mercantil de Inversión SL, de optar á concesión do futuro porto deportivo da vila». Una demanda histórica de Cedeira cuyo proyecto quedó en 2011 paralizado tras seis años de tramitación. En aquel entonces, el concurso para su construcción, auspiciado por Puertos de Galicia, quedó desierto, asegurando la Administración autonómica que solo impulsaría y tramitaría aquellos proyectos avalados por la iniciativa empresarial.
Luis Rubido, seis meses después de tomar posesión como alcalde, mantuvo las primeras conversaciones con el citado grupo en mayo de 2014, siendo su intención la de buscar un inversor que apostase por la construcción de las citadas instalaciones náutico-pesqueras. En aquel entonces, mayo de 2014, el responsable del grupo y su equipo se desplazaron a Cedeira para visitar la ubicación del puerto, en base a lo pactado en su día entre la Confraría y Puertos de Galicia. La visita se produjo otra vez el pasado mes de agosto. EN este caso, el alcalde, responsable del grupo y presidente de la institución autonómica se reunieron en la sede de Puertos de Galicia, mostrando su interés por el proyecto Ribera de Oja.
El pasado sábado, se celebró el encuentro entre Luis Rubido y José Tomás Ucedo, administrador único de Ribera de Oja. En el mismo, según explicó el alcalde, «o responsable do grupo trasladoume que nestes meses tiñan conseguido os avales que Portos establecera como condición para reactivar o proxecto. Un investimento que se elevaría aos cinco millóns de euros». En esta línea, el alcalde destacó la importancia de estas instalaciones para la villa y su enorme trascendencia para el turismo. Recordó que «catorce meses despois de asumir a Alcaldía, este é un dos proxectos que, tras tempo de negociacións, van prosperando».
De tal forma, se reactivará la construcción de unas infraestructuras cuyo recorrido se inició en 2005 y que sufrieron diversos retrasos a raíz de las modificaciones impuestas. Éstas implicaron la reducción del número de puntos de amarre de los más de 400 previstos inicialmente hasta los 270, así como la limitación de la ampliación del dique de los 300 metros a los 225.
