jjburgoa@hotmail.com-TIRANDO A DAR
Sin olvidar la optimista definición de Torrente Ballester: « una ciudad lógica dentro de una tierra mágica», Ferrol puede definirse como una urbe centrada por un barrio ilustrado (La Magdalena), articulado de una forma poco coherente y bastante irregular en el tiempo con los barrios periféricos, la mayoría ya existentes, caso de Ferrol Vello, Esteiro, Canido, Recimil y Caranza.
Esta unión, varias veces proyectada y nunca lograda, entre Ferrol Vello y Ferrol Ilustrado (Jardines de San Francisco) a través de la histórica Cuesta de Mella, cuya parte baja linda con las históricas calles de la Cruz y del Rastro, es la que hoy se trata de llevar a cabo. Desde la creación de Ferrol de la Ilustración no se consiguió una articulación coherente y humanizada que salvase esa amplia diferencia de cotas entre prácticamente el nivel del mar, que hasta allí llegaba el siglo XVIII, y los altos de los Jardines de San Francisco y el Paseo de Herrera.
Desaparecido en el primer tercio del siglo XX el Lavadero público que aparece al comienzo de la Cuesta de Mella y con la cesión el año 1942 por parte de la Marina al Ayuntamiento de Ferrol de los terrenos adyacentes a la iglesia de San Francisco, incluidos los antiguos edificios de Intervención y Auditoria (ver la fotografía), se perdió la ocasión de lograr una conexión ordenada entre la Cuesta de Mella, barrio de Argüelles y Jardines de San Francisco.
Hoy se anuncia un proyecto para acondicionar todo este entorno, con una inversión que excederá del millón de euros, que permitirá recuperar la conexión de los Jardines de San Francisco con la Cuesta de Mella a través de unas escaleras tipo lucernario, instalando un ascensor panorámico, remodelando el Paseo de Herrera y los Jardines de San Francisco, acondicionando la zona abovedada con entrada desde la Cuesta de Mella, instalando en su interior un Centro de Interpretación, y llevando cabo otra serie de actuaciones.
A la vista de otras actuaciones en la ciudad, llevadas a cabo por esta y por anteriores corporaciones municipales –como ejemplo se puede citar el sangrante caso de lo que en su día había sido la plaza de España-, se presentan demasiadas interrogantes en este proyecto.
Ascensor con vistas panorámicas. Tenemos en Ferrol el cercano y reciente caso del ascensor del antiguo Hospicio, que no funciona, al igual que alguna localidad cercana como A Coruña, donde también dejó de funcionar en el instalado en el Monte San Pedro.
Jardines de San Francisco y del Paseo de Herrera. Se anuncia la colocación de pérgolas y parterres de césped. Pero, ¿acaso se va a hacer permeable la unión entre los Jardines de San Francisco y Paseo de Herrera, de modo que constituyan una unidad y desparezca el seto que separa y aísla ambos lugares?
Monumentos y estatuas. ¿Qué va a pasar con el Obelisco a Churruca, que fue trasladado a este lugar el año 1951 desde la plaza de Armas? ¿El descuidado conjunto de estatuas y bancos enrejados de piedra serpentina colocado junto al Parador de Turismo, una vez restaurado, se va a devolver a su lugar original del antiguo Paseo de las Delicias?
Centro de Interpretación. ¿Qué se puede entender cuando se dice que se va a instalar un Centro de Interpretación, un concepto relativamente moderno que admite muchas «interpretaciones» (variantes) en su significado funcional?
Desde que los Centros de Interpretación empezaron a proliferar en la década de los 90, han estado en los ojos de la crítica especializada. Para los más son meros sucedáneos de los museos; para algunos un simple recurso turístico; para otros se trata sencillamente de una casita de juguetes; incluso muchas veces no están directamente vinculados, como debiera ser, a un bien patrimonial. La interrogante es saber si los responsables municipales de Ferrol saben lo que se traen entre manos; por lo menos no parecen capaces de transmitirlo.
Acotación de un F.T.V. Un escritor exiliado de Ferrol acaba de presentar en A Coruña una publicación sobre el Gran Tinglado del Arsenal ferrolano, con motivo de sus 250 años de vida activa. Una esmerada y funcional construcción en piedra de cantería, la de mayor longitud en la Europa de su tiempo con sus 374 metros, merece un mayor reconocimiento por parte de la ciudad y ser incluida en la Ruta de la Construcción Naval.