La Organización de las Naciones Unidas ONU acusó al Vaticano de violar la Convención de Derechos del Niño tras publicar un informe muy crítico en el que le exige que denuncie a la policía a todos los pederastas.
En las conclusiones del informe, la ONU urgió a la Santa Sede a “apartar de inmediato de sus funciones a todos los autores conocidos y sospechosos de abusos sexuales a niños y denunciarlos a las autoridades competentes para que los investiguen y procesen”.
El Secretario de Estado Vaticano señaló a los periodistas que se siente “sorprendido” ante las disposiciones que propone la ONU porque “aspiran a interferir en la doctrina de la Iglesia Católica”. No debería de tomarlo así, pues se está hablando de pederastas, y debería ser la Iglesia la más interesada en controlar a esos que escandalizan. Quisiera recordarle lo tajante que era Jesús de Nazaret cuando dice: “pero al que escandalice a uno de estos pequeños, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar”. Ante esta sentencia, la Iglesia se queda sin argumentos para criticar las conclusiones del informe de la ONU.
Andrés Sanjurjo Martínez