José Luis Prado Nogueira nació en Ferrol el 29 de enero 1919. Coronel de Intendencia de la Armada, uno de los poetas de la generación de la posguerra. Premio Nacional de Poesía.
Su infancia transcurre entre Ferrol, Bilbao y Madrid, adonde llega en 1931. Esta ciudad habría de ser residencia intermitente de José Luis Prado Nogueira hasta su fallecimiento en ella el 15 de febrero de 1990. José Luis estudió bachillerato en el Colegio Calasancio de Madrid, sorprendiéndole el estallido bélico mientras cumplía el servicio militar en el Ministerio de la Guerra. Detenido por razones ideológicas es enviado al penal de Mora de Toledo, donde le sorprenderá el final de la guerra. En dicho lugar se produce un hecho fundamental en la vida de José Luis, como lo fue el conocer -en 1938- a José García Nieto, quien habría de iniciarlo, secundando así el apoyo “intuitivo” de Carlos Prado Nogueira, cuatro años mayor que su hermano.
Abandonado, por imposición familiar, el viejo proyecto de estudiar Filosofía y Letras, José Luis ingresa en la Escuela Naval de San Fernando, en 1940. En 1943 embarca en el Buque-Escuela Juan Sebastián Elcano en su condición de alférez de Intendencia. Luego José Luis Prado Nogueira ocupará destinos en Guinea Ecuatorial, Ferrol, Marín y Madrid. En 1958, cuando su figura poética comenzaba a ser conocida, José Luis marcha a Gijón donde residirá hasta 1964. Esta estancia asturiana fue fundamental desde el punto de vista creativo pues en ella se gestaron dos libros decisivos: Miserere en la tumba de R.N. y Sonetos de una media muerte. Desde 1965.
Desde 1965 José Luis viviría, siempre junto a su esposa, Carmen Calvete, la inspiradora de Respuesta a Carmen, y con quien contrajo matrimonio el 16 de junio de 1947, en la calle Don Ramón de la Cruz, no lejos del Café Gijón, nave literaria en la que José Luis habría de navegar muchos años. De lo que da prueba un sinfín de libros, de entre los cuales cabría considerar Crónica del Café Gijón (1955) de Marino Gómez Santos y La noche que llegué al Café Gijón.
Su obra
Aunque era marino de guerra de profesión Prado Nogueira dedicó la mayor parte de su vida a la poesía. Durante la última etapa de su vida residió en Madrid, donde participó habitualmente en las tertulias del Café Gijón y en el Ateneo.
Su primer libro, “Testigo de excepción”, salió a la luz en 1953 y posteriormente publicó “Oratorio del Guadarrama” (1956), “Respuesta a Carmen” (1958), “Miserere en la tumba de R.N.” (1960), “Sonetos de una media muerte” (1963), “La carta” (1966) y “La rana” (1966).
Consiguió el Premio Nacional de poesía por su obra “Miserere en la tumba de R.N.”.
Es uno de los poetas de la generación de posguerra que tanto la sociología literaria como su discreción y elegancia vital han relegado a los márgenes de la poesía contemporánea. Fue poeta de iniciación tardía, lo que lo apartó de las clasificaciones generacionales imperantes: su primer libro, Testigo de excepción, no se publicó hasta 1953; y también fue poeta de temprano silencio: su último libro, La rana, se editó en 1969. Su poesía, contenida y densa, es, al mismo tiempo de una gran transparencia y precisión lírica.
Se cumplen veintidos años de la muerte de José Luis Prado Nogueira (1919-1990), poeta ferrolano del que no se ha hecho la jose luis prado nogueira-2justicia que merece. Y nos parece que el citado aniversario es ocasión propicia para reivindicar su obra. Según Francisco Umbral, en su libro “La noche que llegué al Café Gijón” (Destino, 1977): “Había decidido abandonar los halagos de la forma para hacer una poesía humana, ética, llena de contenidos morales, y muy sencilla de forma, en apariencia. José Luis era un marino alto, triste, lento, con la cara llena siempre de un enfado infantil, y un bigote militar bien llevado, que se le ladeaba un poco”.A José Luis Prado Nogueira le conocimos y departimos con él largas conversaciones en la Cacharrería del Ateneo de Madrid. Y la lectura de sus libros nos puso de relieve que era uno de los más importante poetas de la generación de posguerra. Su bibliografía es la siguiente: “Testigo de excepción” (Urbina, 19553), “Oratorio del Guadarrama” (Agora, 1956), “Respuestas a Carmen” (Adonais, 1958), “Miserere en la tumba de R. N.” (Ixbilianb, 1960) -poemario que obtuvo los Premios Ciudad de Barcelona y Nacional de Literatura-, “Sonetos de una media muerte” (Palabra y Tiempo, 1962), “La Carta” (Cultura Hispánica, 1966) -premiado con el Leopoldo Panero- y “La rana” (Oriéns, 1969).
Indiscutiblemente “Miserere en la tumba de R. N.”, es una de las elegías más significativas de la poesía española de todos los tiempos. Los críticos Melchor Fernández Almagro y Guillermo Díaz-Plaja, ensalzaron la obra, asegurando que era el punto álgido de la trayectoria del poeta. Y su antólogo, Vicente Araguas, afirma que José Luis Parado Nogueira demostró, al abordar la temática central del volumen, no otra cosa que el tensísimo monólogo de un hijo ante la tumba que encierra los restos de su madre, una capacidad bien moderna para hacer trizas los tópicos y convertir el dolor en fuente salvifica, a partir del amor.
Es sumamente difícil separar una estrofa del poema-río-llanto-miserere que conforma “Miserere en la tumba de R. N.”, pero un tanto al azar trascribimos algunos versos: “Ya sé que el alma es de su Dios. Ahora/ sé que también el cuerpo vuela. Nada/ somos, en nada, uno de otro, hijo/ y padre, amigo y enemigo, amante/ y amado, vivo y muerto. Si tu cuerpo/ tan al alcance de mi mano me huye/ para qué sirve, qué es de mí, responde/ qué queda entre él y yo, por qué he venido/ y qué azar me ha guiado hasta tus restos…”
Seguiríamos copiando los versos de José Luis Prado Nogueira ante la sepultura de su madre. Todos son sublimes, enardecidos de dolor y belleza. Invitamos al lector a sentir con el poeta tan honda emoción, ahora que hace veinte años de su sentida muerte por cuantos le conocimos y por cuantos le leyeron.
(Manuel Rios Ruiz)