Esta semana comienzan las negociaciones entre los representantes sindicales y la dirección de la empresa, que ha anunciado su intención de suprimir 1.914 empleos y reducir el sueldo de los que queden entre el 35 y el 45 %.
La dirección de Panrico ha advertido a la plantilla de que «todos somos necesarios, pero ninguno imprescindible», y en relación a la huelga en la planta de Santa Perpetua ha recordado que un tercio de los empleados ha solicitado una asamblea para decidir la continuidad o no de la misma.
En este sentido, ha asegurado en un comunicado que la huelga actual en la planta catalana puede «no ajustarse a derecho», al no respetar el acuerdo firmado el día 10 de octubre -cuando se llegó a un compromiso para el abono en varias fases de la nómina de septiembre-, ni lo dispuesto en el Estatuto de los Trabajadores.
Ha indicado que la compañía «cumple y continuará cumpliendo» los acuerdos firmados entre Panrico y los representantes de los trabajadores del pasado día 10, que tiene a efectos legales el mismo carácter legal que un convenio colectivo.
La propietaria de Donuts y Bollycao cuenta con otras cuatro plantas en la Península además de la de Cataluña -en Paracuellos del Jarama (Madrid), Puente Genil (Córdoba), Valladolid y Zaragoza-, dos en Canarias y dos en Portugal.
Las plantas de Canarias y Portugal no se han visto afectadas por el proceso de reestructuración que se lleva a efecto en la Península.
La empresa ha recordado que nadie debe asumir que «unos pocos puedan poner en riesgo el futuro de la inmensa mayoría que trabaja cumpliendo sus obligaciones, día a día, para sacar a la empresa adelante».
Ha precisado que es fundamental el apoyo continuo de las cinco comunidades autónomas en las que Panrico forma parte de su tejido industrial, así como de los bancos CaixaBank y Banesto, que «son necesarios para la operativa diaria».
(EFE)