La Audiencia Nacional ha condenado al ex jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies y al inspector jefe José María Ballesteros a un año y medio de prisión y cuatro años de inhabilitación por revelación de secretos por el chivatazo a ETA en el bar Faisán que frustró una operación.
[pullquote]Su acción causó «un grave daño a la causa pública«.[/pullquote]La sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia les absuelve del delito de colaboración con organización terrorista al entender que el chivatazo no fue una «acción directa de los acusados para favorecer una actuación puntual» de la banda, sino que la intención era no «entorpecer el proceso que estaba en marcha para lograr el cese de la actividad de ETA».
Los magistrados recuerdan que en el presente caso no hubo «una voluntad de realizar la conducta típica prevista para el delito de colaboración con banda terrorista, que es la de favorecer la actividad de la organización, cualquiera que sea el móvil».
Sin embargo, el tribunal estima que que tratándose de una acción de los acusados realizada en el ámbito de la lucha antiterrorista contra el aparato de extorsión de ETA, su acción causó «un grave daño a la causa pública, independientemente de que dicho aparato de extorsión de ETA fuera detenido el 22 de junio de 2006».
Los dos condenados ya han comunicado que recurrirán al Tribunal Supremo su condena.
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) considera que la condena a los dos policías ha sido impuesta por un tribunal pero «empujada» desde el Gobierno y el PP que ya tienen unos «cabezas de turco». Los acusados han sivo víctimas de una justicia politizada y un montaje José María Benito, portavoz del SUP, ha reiterado su apoyo y confianza a la inocencia de los dos inculpados.