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Jaime de Rábago Marín, consejero delegado de Navantia ha presentado su renuncia en carta dirigida al Presidente de SEPI. En la misma, comunica que su decisión es debida a motivos personales y familiares.
Nota oficial de Navantia
En la nota enviada a los medios de comunicación social se señala que Jaime de Rábago, Consejero Delegado de Navantia ha presentado su renuncia en carta dirigida al Presidente de SEPI. En la misma, comunica que su decisión es debida a motivos personales y familiares.
Jaime de Rábago fue nombrado Consejero Delegado el 10 de mayo de 2012, habiendo desarrollado hasta la fecha óptimamente una labor de modernización de la estructura y organización interna, dirigida a la consecución de los objetivos de la compañía, potenciando su internacionalización, su diversificación y la mejora de su competitividad.
El Consejero Delegado siempre ha estado al frente de sus exigentes funciones, con la máxima eficacia, incluso en circunstancias personales adversas.
Navantia lamenta su renuncia y agradece su importante contribución y labor al servicio de la empresa. Asimismo, le desea mucho éxito, tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Jaime de Rábago
El Consejo de Administración de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) acordó el 27 de abril de 2012 aprobar el nombramiento de Jaime de Rábago Marín como consejero delegado de Navantia.
De Rábago Marín es ingeniero del ICAI y máster en gestión de entidades de crédito. Hasta su nombramiento era emprendedor independiente cofundador de una empresa familiar de energías renovables. También fue secretario técnico y vicesecretario del consejo del Instituto de Crédito Oficial.
Críticas de Núñez Feijóo
A pesar de la versión oficial de que la renuncia es por motivos personales, otras fuentes consideran que la salida de De Rábago de los astilleros públicos podría estar motiva por otras razones, incluidas algunas de organización interna de la empresa, o incluso con los problemas técnicos detectados en el desarrollo del submarino S-80.
En cualquier caso, su renuncia se produce después de que el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, haya endurecido en los últimos días sus ataques contra la gestión comercial de la empresa, de la que llegó a afirmar que es «igual de ineficiente» que cuando gobernaba el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Previamente, en la última campaña electoral de las autonómicas, Feijóo había insistido en que los astilleros públicos debía lograr carga de trabajo. «Los de Navantia, que muevan el culo», llegó a instar.
El pasado lunes en el propio Parlamento gallego y el jueves, tras el consejo de Gobierno regional, Feijóo mostró en público y abiertamente su disconformidad con la política comercial del astillero de capital público.
El primer asalto se produjo el miércoles cuando el presidente gallego señaló «estoy altamente decepcionado con la política comercial de Navantia y lo digo desde el Partido Popular».
Y tan sólo 24 horas después de una huelga general en Ferrol y de su intervención parlamentaria volvió a decir que «tras un año y medio no se había conseguido ningún contrato para Navantia» y lejos de escudarse en que el astillero estuvo en la misma situación con el gobierno Zapatero, concluyó con que «algo falla en la empresa pública».
