Emilio Antón e Iboleón nació en Ferrol el 9 de mayo de 1853 en el seno de una familia distinguida vinculada por tradición a importantes actividades empresariales y a la milicia. Fue bautizado en la Iglesia de San Julián el 11 de mayo de 1853. Murió en Ferrol el 24 de febrero de 1919, cuando todavía no había cumplido 66 años.
Hijo de don Manuel Antón y Castillo (1819-1905) y de doña Emilia Yboleón y Bosch (1823-1904), fue el tercero de seis hermanos, y el segundo de cuatro varones, de los que tres serían oficiales de la Armada. Precisamente Emilio estaba también “predestinado” a ser marino de guerra, pues cuando contaba apenas cinco años de edad, por Real Orden de 25 de octubre de 1858, obtuvo gracia de aspirante2. Pero por decisión de su padre, no llegó a sentar plaza en el Colegio Naval Militar de San Fernando, al elegirlo como futuro sucesor al frente de sus empresas y por esa razón lo mandó a estudiar a Escocia.
Así, siguiendo la tradición familiar, se educó en el Reino Unido, en el prestigioso “St. Joseph´s, Commercial College”, de la ciudad de Dumfries (Escocia), donde se graduó en Comercio (hoy diríamos “Business Administration”), ampliando estudios de Economía y Finanzas en la Universidad de Glasgow, formándose como hombre de negocios. En aquella época -la era victoriana-, el Imperio británico era la primera potencia del mundo y sus empresas -en todos los ámbitos y sectores- dominaban la economía y el comercio internacional. El “college” de Dumfries (entonces institución católica dirigida por los Maristas), era una de las más acreditadas escuelas de Comercio a nivel internacional y entre sus alumnos se contaban los “herederos” de las compañías más importantes del mundo, que recibían una formación muy completa, humanística y técnica, tanto en materias específicas de carácter económico como en idiomas (inglés, francés y alemán).
Sus padres
Su padre, Manuel Antón y Castillo (1819-1905) fue cónsul de Alemania y vicecónsul del Reino Unido, de los Países Bajos y de Dinamarca en Ferrol. Importante armador y naviero, era el principal propietario titular de las Compañías “Bilbaína de Navegación” y “Euskalduna de construcción y reparación de buques”. Entre las múltiples actividades empresariales que llevó a cabo, fue uno de los precursores de la energía eléctrica en Ferrol.
Contrajo matrimonio en La Habana (Parroquia de Monserrat, 14-X-1848) con Emilia Yboleón y Bosch. De este matrimonio tuvieron seis hijos: María Asunción (casó con José Ferrer y Pérez de las Cuevas, marino de guerra que alcanzó el empleo de vicealmirante en 1910 y fue ayudante del Rey Alfonso XII y ayudante honorario del Rey Alfonso XIII); Manuel (1850-1908; capitán de navío, que combatió en las campañas de Filipinas y de Cuba, y fue caballero de San Fernando, casado con Josefa de Viñas y Navarrete; sin descendencia); Emilio (1853-1919; nuestro biografiado, alcalde de El Ferrol; casado con Josefa Palacios y González); Gabriel (1854-1924; que alcanzó el empleo de almirante y fue almirante jefe del Estado Mayor Central de la Armada (AJEMA, 1920-1924); casado con Angeles Rozas y Fernández-Flórez); Antonio (1856-1937; oficial médico-cirujano de la Armada; casó con Dolores de Zetina y Azcoitia; sin descendencia); y María Dolores (Lola; casada con José Morgado y Pita da Veiga, que alcanzó el empleo de vicealmirante en 1907 y entre otros cargos fue comandante general del Apostadero de Ferrol, comandante general de la Escuadra y consejero militar del Consejo Supremo de Guerra y Marina). Los hermanos Antón e Iboleón, excepto Manuel y Antonio, tuvieron a su vez numerosa descendencia.
Una gran familia
Emilio Antón e Iboléon formó también una gran familia numerosa. Se casó con Josefa Palacios y González, que pertenecía a una aristocrática familia sevillana (conocida familiarmente como Pepa; 1867-1952), con quien tuvo nada menos que 13 hijos (ocho mujeres y cinco varones); y más de 50 nietos.
Sus hijas casi todas se casaron con marinos, algo normal en el Ferrol de la época, y de sus cinco hijos varones, tres fueron militares (dos oficiales de la Armada y uno del Ejército) y dos consignatarios de buques.
Sus trece hijos fueron: Josefa (Pepilla; casada con Pedro Zarandona y Posadillo, contralmirante); María Carolina (Mariquilla; casó en primeras núpcias con Mr. Robert Prechous, ingeniero de caminos inglés; segundo matrimonio con Manuel Ruiz de Atauri, almirante, fue capitán general del Departamento de Cádiz); Dolores (Lola, 1887-1962; casó con Rafael de Heras y McArthy, vicealmirante); Emilio (1888-1918; teniente de navío, que falleció a causa de la epidemia de gripe en 1918; casó con María de Diego; sin descendencia); María Manuela (Manolita; casó con Bernardo Navarro y Capdevila, capitán de navío); Matías Cristóbal4 (Colón, 1892-1973; consignatario de buques, que desempeñó numerosos cargos; casó con Luisa Miranda y Maristany); María Mercedes (soltera); María Teresa (casó con Miguel de Rosendo y Roure, coronel de Intendencia de la Armada); Antonio (1898-1921; teniente del Arma de Infantería del Ejército, murió en el desastre militar de Annual, guerra de Marruecos, 23-julio-1921); Carlos (1899-1932; capitán de corbeta y piloto naval, murió asesinado siendo 2º comandante del vapor-portahidroaviones “Dédalo”; declarado posteriormente “protomártir” de la Guerra; casó con su sobrina-segunda Emilia de Vez y Ferrer); Pilar (que murió siendo niña); María del Carmen (monja clarisa); y Tomás (1904-1993); consignatario de buques y cónsul de Suecia en Ferrol; casó con Concepción Díaz del Río y González-Aller (Conchita).
A Emilio Antón le sucedió su hijo Matías Cristóbal Antón Palacios (1892-1973), como Director-Gerente de la Empresa “Antón, Martin y Cía” y al frente de otros negocios, así como en la representación consular del Reino Unido, Bélgica, Dinamarca y Países Bajos en distintas etapas, ampliándola también a la representación de Francia. Esta tradición consular, la continuaron también algunos de sus nietos, como Cristóbal y Gonzalo Antón Miranda. Otro hijo de Emilio Antón, Tomás Antón Palacios fue asimismo vicecónsul de Suecia, y actualmente el hijo de éste, Tomás Antón Díaz del Río es cónsul de Irlanda en Galicia.
Su personalidad: perfil humano
Hombre de exquisita educación y de costumbres británicas -que adquirió en sus largos años de formación en Escocia-, Emilio Antón fue una personalidad muy relevante en el Ferrol de su tiempo, que gozó de un gran prestigio social, institucional y profesional.
Monárquico de convicción y tradición, demócrata y de ideología liberal-conservador, fue amigo personal de José Canalejas desde la infancia. De talante abierto y conciliador, entusiasta y emprendedor, su preocupación e inquietudes por el desarrollo de su ciudad, le llevaron a participar activamente en la política. Ejerció diversos cargos con gran dignidad, entrega y dedicación, prestigiando el papel institucional que le correspondía al Ayuntamiento en su condición de alcalde de la Ciudad y, por lo tanto, como primera autoridad local.
Su eficaz gestión como político, empresario y cargo institucional se desarrolló en numerosas actividades, contribuyendo a la consecución de importantes logros para la Ciudad y Puerto de Ferrol. Podemos considerarlo un “regeneracionista” profundamente comprometido con el progreso social, económico e industrial de Ferrol.
Mandatos y realizaciones como alcalde
Sus tres etapas o mandatos como alcalde-presidente de la ciudad de Ferrol fueron los siguientes:
1º) Del 20 de marzo de 1899 al 1 de julio de 1899 (Real Orden de 14 de marzo de 1899);
2º) Del 20 de julio de 1900 al 1 de enero de 1904 (Real Orden de 14 de julio de 1900);
3º) Del 1 de enero de 1910 al 10 de octubre de 1913.
Del primer período (1899) como Alcalde podemos destacar:
La extensión de la iluminación eléctrica a varias zonas de la ciudad (Esteiro, Canido, La Graña…); el apoyo a la decisión del Ayuntamiento de Serantes de anexionarse al de Ferrol; las gestiones para la consecución del ferrocarril Ferrol-Betanzos-La Coruña-Santiago; etc.
Del segundo período (1900-1904) como alcalde destaca:
La inauguración de las obras para la construcción del ferrocarril Ferrol-Betanzos, en el lugar denominado “Chousa de Francos” –extramuros de la ciudad- , el 6 de septiembre de 1900, a cuyo acto solemne asistieron S.M. el Rey don Alfonso XIII (rey niño), su madre la Reina Regente doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, y sus hermanas la Princesa de Asturias doña María de las Mercedes y la Infanta doña María Teresa. Asistieron también el Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Marina don Francisco Silvela y numerosas autoridades.
Entabla contencioso-administrativo con la Diputación Provincial por el intento de ésta de hacer recaer en Ferrol una parte importante de su déficit financiero, consiguiendo al final solucionar el problema, incluso cuando la Diputación intentó retirar la subvención al Hospicio y a la Escuela de Artes y Oficios de Ferrol. Como Presidente nato de la Escuela, el Alcalde impulsó esta institución y se puso al frente de las protestas ciudadanas (mítines y manifestaciones) que consiguieron paralizar el proyecto.
La decisión de publicar un bando, aprobado en el Pleno del mes de marzo de 1901, ordenando trasladar la feria que se celebraba en la plaza de Armas al espacio comprendido entre el Mercado Central y la fuente de las Palomas, que es el lugar que sigue ocupando actualmente para su celebración; etc.
Del tercer período (1910-1913) como alcalde destacamos:
El proyecto de traída de aguas a la ciudad, que todavía se prolongaría varios años hasta su consecución definitiva; la ampliación del Puerto y de sus actividades comerciales, y la consecución de la creación de la Junta de Obras del mismo por decisión del Gobierno (Real Decreto de 10 de agosto de 1910); la creación del Laboratorio Municipal en 1912, situando a su cargo a Santiago de la Iglesia, profesor de la Escuela de Artes y Oficios; la inauguración en mayo de 1913 de la línea de ferrocarril Ferrol-Betanzos, de donde llegó la Infanta doña Isabel (hija de Isabel II y tía de Alfonso XIII) para asistir como madrina a la botadura del acorazado “Alfonso XIII”; etc.
La extensión del ferrocarril de la costa fue una gran realización de la época. En el Ayuntamiento de Ribadeo (Lugo) se conserva un mural pictórico alusivo a la obra, en el cual figura -entre otros- don Emilio Antón e Iboleón.
Anécdota curiosa: el establecimiento de la “porra” para la Guardia municipal
En sesión plenaria de 17 de febrero de 1910, siendo Alcalde Emilio Antón, se adoptó el siguiente acuerdo: “se propone que la guardia municipal use durante el día sustitución del sable que hoy llevan por unos bastones cortos y pesados iguales o parecidos a los que usa la policía en Inglaterra y otras naciones, arma con la cual inutilizan por el pronto y de un golpe más o menos fuerte, según el caso y la necesidad, al que intente agredirles o causar daños a terceras personas. Siendo aprobado dicho dictamen.
Visitas reales
Como alcalde, Emilio Antón tuvo el honor de recibir y acompañar a los Reyes de España y a otros miembros de la Familia Real en sus visitas oficiales a Ferrol.
* Jornadas de 6 de septiembre de 1900, inauguración de las obras del ferrocarril Ferrol-Betanzos. Asistieron Alfonso XIII, la Reina Regente, Princesa de Asturias e Infanta Teresa.
* Jornadas de 5 de febrero de 1912. Botadura del acorazado “España”. Asistieron SS.MM. los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.
* Jornadas de 7 de mayo de 1913. Botadura del acorazado “Alfonso XIII”. Asistió la Infanta doña Isabel (conocida como “la Chata”, hija de Isabel II), en representación de su sobrino el Rey Alfonso XIII.
Mandato y realizaciones como presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Ferrol (Del 1 de febrero de 1905 al 1 de febrero de 1910).
En esta época comienza a editarse el Boletín de la entidad y se ponen en funcionamiento la biblioteca y las enseñanzas de la Cámara. En su mandato se consigue la adjudicación y revitalización del Astillero (1909) con el desarrollo de la “Ley Maura-Ferrándiz”, ley de escuadra (Ley de 7 de enero de 1908), que adjudicó a la empresa Sociedad Española de Construcción Naval (La Naval, o S.E.C.N.) la gestión del astillero y la construcción de los buques de la flota. Impulso económico e industrial de Ferrol.
Anécdotas familiares
Conocida era en Ferrol la fama que por “guapos” tenían algunos de los miembros de la numerosa familia Antón. Destacaron por este motivo doña Pepa, la esposa de Emilio Antón, y sus hijas, especialmente Mariquilla, Manolita, Teresa y Carmen. Los varones tampoco se quedaban atrás, destacando Colón y Carlos.
Cuenta la tradición familiar que en más de una ocasión, Alfonso XIII hizo grandes elogios hacia ellas, pues conocida era la admiración del Rey por las mujeres…
En el Ferrol de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, había incluso cantares y coplas dedicadas a ensalzar a figuras de su sociedad, que era muy reducida y se conocían todos.
Entre los versos que se cantaban, algunos de los cuales recuerdan personas mayores, son los siguientes:
“La Junta del Casino dice con mucha razón
que de todas las chicas de Ferrol
las que más gustan (y también “las más guapas”)
son las de Antón”
Otra curiosidad que los biógrafos de Franco no han recogido, es que una de la hijas de Emilio Antón, Teresa Antón Palacios, fue la primera chica a quien “cortejó” Francisco Franco, entonces un joven segundo teniente destinado en Ferrol. Cuenta la tradición familiar que a ella no le gustaba especialmente por su físico, y la marcha de Franco al norte de África, en donde permanecería muchos años, le hizo desistir de sus propósitos. Pero esta anécdota demuestra que la primera mujer de la que Franco se enamoró era ferrolana como él.
Emilio Antón se casó como señalamos, con una dama sevillana, Pepa Palacios con quien construyó una bonita casa modernitas, hasta hace poco propiedad de la familia, situada en la calle homónima, y hoy propiedad de las Discípulas de Jesús, frente al Parque Municipal “Raiña Sofía”•.La edificación es obra de Rodolfo Ucha Piñeiro y tiene todos los elementos decorativos del estilo de fin del siglo XIX. Con torreón en chaflán, escalera en semicírculo, ventanas arborescentes y una curiosidad, el conjunto de baldosas que recubren el hall de la casa, algunas fuentes y los jarros decorativos del jardín son de inspiración andaluza. Una delicadeza de Emilio Antón a su mujer Pepa, para que no extrañara el embrujo de su tierra de toros y flamenco.
(Agradecimiento a la familia Antón por los datos y fotografías aportadas)