La amenaza de eliminación de trenes por falta de viajeros pone en alerta a cientos de pueblos del país

protesta-cierre-linea-del-trenNarros del Castillo (Avila) es uno de tantos pueblos de España que ve cómo el tren amenaza con dejar de pasar por la aldea. El ultimátum ferroviario pende sobre cientos de localidades que no tienen masa suficiente para garantizar el rendimiento económico del transporte ferroviario. Ya no es cuestión de alta velocidad; es simplemente que los gastos de explotación elevan la factura ferroviaria y hacen inviable su continuidad, tal y como ha anunciado Fomento. Y sus habitantes no entienden que se pueda justificar el fin del tren que tanto costó traer en el pasado. ¿Y ese es el futuro que nos espera?.

Alrededor de un millón de personas van a verse afectadas por los recortes planteados por el Ministerio de Fomento. Se prevé suprimir cerca de 790 trenes cada semana; lo que significa un 23,1% del total, en el marco de una decisión abierta a que las comunidades autónomas decidan hacerse cargo de la financiación de los tramos deficitarios. Del mismo modo, 172 estaciones de ferrocarril en España, sobre las que se afirma que cuentan con menos de un viajero al día de media, van a dejar de serlo. Desde su puesta en marcha, estas estaciones dejarán de ver cómo para el tren en ellas.

Y los afectados protestan. Una treintena de vecinos de Narros del Castillo, localidad de casi doscientos habitantes al norte de la capital, se ha manifestado contra las modificaciones que pretende realizar el Gobierno en el ferrocarril y que les dejaría “sin el único medio de transporte público” del que disponen ahora. Los manifestantes, que han portado una pancarta en la que se leía “Narros quiere tren”, han expresado su malestar, por la posible eliminación de los servicios de media distancia que comunican Ávila con Salamanca, lo que afectaría a la parada de este municipio y podría suponer el “cierre” de la línea.

Según han explicado en un comunicado, las modificaciones en el servicio afectarán en Castilla y León a 24 relaciones ferroviarias, lo que, en la práctica, supondrá que dejarán de circular “tres de cada diez” trenes de media distancia. La parada de Narros del Castillo “se cerraría por no tener suficientes viajeros que cubran las expectativas económicas del Ministerio de Fomento”.

Por ello, en este municipio han iniciado una recogida de firmas para “parar los recortes de los servicios ferroviarios”, a la vez que han reivindicado ampliar los servicios mínimos con horarios “más efectivos” para los ciudadanos.

Narros no está solo en la protesta. Solo es un botón de las decenas de localidades que se alzan con estas restricciones. 4.000 firmas con “la voz de la ciudadanía” de Aragón exigen al Estado “respeto” y que el ferrocarril se mantenga como opción sostenible y de vertebración y cohesión”. Los planes de cierre de líneas suponen “el cierre del 30% del ferrocarril convencional” aragonés. Desde algunos partidos se oyen los lamentos por esta situación. El cierre de líneas es “un drama”, “un mazazo para Aragón”, como el de la Huesca-Zaragoza-Teruel-Valencia, o la “desaparición” de Monzón del mapa ferroviario, en un “injusto ensañamiento” con los aragoneses, señala la Chunta. El ferrocarril, explican desde la formación, “tiene la rentabilidad de cohesionar, hacer posible la calidad de vida y el desarrollo”.

La comunidad más afectada por el recorte será Extremadura. Hasta un 60% de los trenes regionales desaparecerán. Los recortes en trenes regionales afectarán en un 44% a Asturias y en un 33% a Cantabria. Castilla y León va a verse muy afectada por este plan del ministerio que comanda Ana Pastor. Habrá un 30% de reducción de trenes reginales y se prevé cerrar hasta 18 estaciones. Las protestas no han hecho más que empezar.

 

 

 

 

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