Joaquín Leguina:
El histórico dirigente socialista opina que «el PSOE tiene más tirón en Catalunya que la marca blanca nacionalista del PSC» y anima al partido a iniciar la carrera catalana en solitario. Culpa de la deriva nacionalista del PSC al «zapaterismo y maragallismo» y al «tripartito» y ve a un Rubalcaba obligado a posicionarse. «O baila la sardana o el pasodoble».
Considera que el PSOE no ganará credibilidad mientras vaya «detrás de la pancarta». Su ‘candidato’ de futuro es Emiliano García Page.
Del caso Bárcenas, piensa que Rajoy y los suyos no tendrás más remedio que retratarse y dejar de ponerse en manos del extesorero. De lo contrario, Bárcenas no soltará «la ametralladora».
Joaquín Leguina (Villaescusa, Cantabria, 1941) está convencido de que al PSOE le iría mucho mejor las cosas si anunciara su divorcio con el PSC. El expresidente de la Comunidad de Madrid, un histórico dirigente socialista muy crítico con el zapaterismo y los coletazos de su legado, considera que la deriva nacionalista de los socialistas catalanes están haciendo mucho daño al PSOE, sumido todavía en una crisis de ideas y liderazgo; tanto daño que piensa que Alfredo Pérez Rubalcaba está obligado a aparcar la diplomacia y posicionarse: «O baila la sardana o el pasodoble. Y creo que a Rubalcaba le ha llegado el momento de bailar el pasodoble, se ponga como se ponga». En su opinión, el PSOE tiene «más tirón» que la «marca blanca nacionalista del PSC» y no ve ningún sentido que se mantenga el pacto que durante mucho tiempo ha sido abonado «por el zapaterismo y el maragallismo».
Leguina, que durante 11 años ha sido secretario general del Federación Socialista Madrileña, ve muy equivocada la línea política actual del PSOE de «ir detrás de la pancarta» y advierte de que el PSOE no remontará mientras no construya un discurso de centroizquierda «alternativo al PP, pero no disparatado». También, debe dejar atrás «la política de personal que han seguido los pepiños» y que ha sido «mortal» para su partido. Su apuesta, como ‘valor’ en el partido es el líder de los socialistas de Castilla la Mancha, Emiliano García Page.
El economista y escritor -en su última publicación ‘El Camino de Vuelta’ repasa la evolución del PSOE desde la victoria electoral de 1982, piensa que la política está pagando la práctica de ‘todo el mundo vale para todo ‘y de que no se cumplan las leyes. Sobre el caso Bárcenas, señala que Mariano Rajoy y los suyos no tienen más remedio que retratarse y dejarse de poner manos del extesorero. Solo así «Bárcenas se quedará sin ametralladora y estará dispuesto a meterse en la cama…pero en la cárcel».
-¿Debe romper el PSOE con el PSC?
-No se trata de cortar, ya han cortado ellos, llevan bastante tiempo predicando que son otro partido. Se trata de ver quién tiene los votos y habrá que presentarse en Catalunya. Aquí los resultados, la historia y las encuestas muestran que el PSOE tiene más tirón en Catalunya que la marca blanca del nacionalismo que es el PSC. Esta marca blanca no ha ganado nunca y el PSOE ha ganado siempre, salvo la última vez gracias a Zapatero. Está bastante claro quién tiene los votos. El PSOE tiene que hacerse valer, aunque es doloroso. Pero en el momento en el que desaparecen los clásicos socialistas, que tenían un interés por gobernar en Madrid, cambia la cosa. Llega la siguiente generación, que es la de los charnegos (hijos de los que emigraron a Catalunya en los 50 y 60) que se han convertido en la marca blanca del nacionalismo y han llevado al PSC a las derrotas. Y van a hacer lo mismo que los nacionalistas, echar la culpa a España. Para el PSC, la culpa de todos los males es el PSOE.
-¿Qué les ha unido al PSOE y al PSC?
-Al PSOE le ha unido con el PSC una historia común y amplia, y después el ‘zapaterismo’ y el ‘maragallismo’. Los más pronacionalistas son metidos por Maragall, que nunca ganó como candidato del PSC, pero sí cuando era alcalde. Fue presidente de la autonomía en mala hora acostándose con ERC, que es un partido radical imposible de gobernar y crearon ese monstruo llamado tripartito. Zapatero aplaudía esto y con Maragall inventó el monstruo del Estatut, que nos ha llevado hasta aquí. Ha habido una historia común de errores y de cosas estúpidas. Maragall tiene una historia personal interesante, como veía que no podía ganar nunca en la autonomía, pensaba que echándose en manos al nacionalismo le iba a quitar votos a éste. Pero la gente no es tonta y prefiere el original a la fotocopia.
-¿Por qué no ha hecho el PSOE antes, si es que no tiene crédito electoral?
-Porque el PSC no ha quitado votos en el resto de España mientras ha estado callado. Pero en cuanto ha resucitado… Pero si son charnegos, hijos de inmigrantes (Carme Chacón, Celestino Corbacho, José Montilla…) En vez de defender los intereses de los de abajo, defienden los del nacionalismo que es un invento de la burguesía catalana. El problema es que los que están ahora mandando en el PSOE, mucho son deudores de esa historia. Empezando por el propio secretario general (Alfredo Pérez Rubalcaba). Pero tendrán que darse cuenta que el resto del mundo socialista no puede entender esa situación. No solo los viejos. No valen ya paños calientes.
-¿Qué cree que hará Rubalcaba?
-Rubalcaba que es un político muy táctico que le ha llegado la hora de tomar decisiones estratégicas y si no las toma él, llegarán otros para tomarlas. Ya no vale el baile de la yenka, se ha acabado. O baila la sardana o el pasodoble. Y a Rubalcaba le ha llegado el momento de bailar el pasodoble, se ponga como se ponga. Los nacionalistas se han quitado la careta, dicen que quieren la independencia y que la quieren ya. Y ese paso previo es la autodeterminación. Hacer un referéndum para separarse. Ningún estado puede permitir eso.
-¿Dirá entonces Rubalcaba hasta aquí se ha llegado con el PSC?
-Ojala Rubalcaba diga hasta aquí hemos llegado…. Al final se va a ver obligado a decirlo por la situación general. O entras en el órdago o pierdes. El PSOE no puede avenirse a una aventura de los separatistas. No tenemos nada que ver con ellos. Deberían leer a Azaña.
-¿Cómo valora la actitud de Carme Chacón en todo esto?
-Carmen Chacón es un producto del zapaterismo y en este momento no sabe si tomar criada o ponerse a servir. Está en una situación imposible. Como gran esperanza blanca del socialismo español… vamos, vamos. Es más zapaterista que Zapatero. Es un producto puramente publicitario y su esposo es el jefe de su publicidad; Miguel Barroso, que por cierto ha hecho una grandísima aportación al socialismo, asistente y mano derecha de Zapatero en algunas sus operaciones.
-¿Esta crisis ha debilitado más a Rubalcaba?
-Esta crisis con el PSC no favorece nada a Rubalcaba, a no ser que dé un puñetazo en la mesa y diga hasta aquí hemos llegado. Si de los 20 diputados del PSC en el Parlament, 15 por lo menos son del PSOE. Tienes mucha más cancha y seriedad apoyándote allí en el centroizquierda, como Ciutadans, que en los nacionalistas. El PSC así no tienen votos, sino literatura, y algunos alcaldes. En ningún municipio de Catalunya logran más del 30% de los votos, eso es un desastre. Si no se pone fin a esta deriva… han acabado con el PSC como partido de Gobierno en Catalunya y acabarán con el PSOE. Es una termita que o le metes un veneno, o te mata, te tira la casa abajo.
-El PSOE habla desde hace tiempo de renovación, pero sigue sumido en una crisis interna sin precedentes, ¿qué debe hacer para recuperar la credibilidad?
-Si lo supiera se lo diría a Rubalcaba…Pero desde mi punto de vista, hay que ver por dónde se van los votos. Esto es un desastre muy bien trabajado por Zapatero. El reflejo inmediato de los líderes es echarse a la izquierda, con la tesis absurda de que los votos no se van al PP. Pero los análisis posteriores revelan que los votos se fueron al PP, luego a UPyD y después, pero menos, a IU. Ese campo de la izquierda, de la Tercera Internacional, lo tiene IU, pero es minoritario, que no es viable políticamente. Hay que ocupar el centroizquierda y así ganar el crédito. Pero no se gana crédito yendo con la pancarta. Todas las que pasan delante de Ferraz, se suben a ella y es un error, porque han estado en el Gobierno. Cuando hablan de que los desahucios son un desastre, bueno, han estado dos periodos largos en el Gobierno con la ley hipotecaria, a la que habría que haber hecho unos retoques en crisis. Como ese ejemplo, miles. No te puedes sumar a todas las reivindicaciones como si no tuvieras historia. Hay que construir un discurso alternativo al PP, pero no disparatado.
-¿Usted piensa que la crisis del PSOE arrancó antes de la debacle de Zapatero, en la derrota de Felipe González de 1996?
-La crisis que lleva a Felipe González a perder las elecciones no se resolvió bien, empezando con Joaquín Almunia, que llevó a cabo una cadena de errores tremenda y el PP obtuvo mayoría absoluta. Aznar se va, pone a Rajoy, hay unas bombas de unos islamistas en los trenes y llega Zapatero al Gobierno. Por desconocimiento de quién era el personaje, porque si la gente lo hubiera conocido como yo le conozco, jamás le hubiera votado. Es un gran irresponsable y responsable de todas las desgracias que han llegado después. Desde el estatut hasta la derrota de 2011. La crisis del 2000 no se resolvió bien y hay que retomarlo ahora para no repetir los errores. Eso debería haberse resuelto con un Congreso tranquilo, pero lo hicieron (en 2012) con uno a todo correr, para que no robaran la cartera, para dejar las cosas igual. Ese es el problema. El gran responsable de todo esto es Griñán. También tiene la culpa Rubalcaba.
-¿Ve alguna cara o valor dentro del partido capaz de lograr la construcción de ese discurso de centro izquierda?
-Estoy bastante apartado… Pero el problema es que la política de personal que han seguido los pepiños estos ha sido mortal. Han promocionado a todo iletrado que pasaba por allí simplemente porque les subía el acidez y nos hemos quedado sin mucho repuesto. Pero alguno tiene que haber, alguien sensato, decente y dispuesto a echar peonadas. Pero no pueden ser los mismos que nos han llevado a esta situación.
-¿Puede José Bono dar la sorpresa?
-Me da la impresión de que no está por esta labor. Pero alguna persona próxima a él, lo veo más probable. Me refiero al alcalde de Toledo (Emiliano García Page). Pero tiene un problema, que es de una federación pequeña, la de Castilla La Mancha. Pero cuando le oigo hablar, se hace entender y bastante razonable. Cuando oigo a otros… pues sube el pan.
-El descrédito de la clase política alcanza una cota histórica. ¿Qué solución se puede dar desde la política?
-Lo mejor que pueden hacer los políticos es dimitir y dejar paso a otros. Y lo segundo es cumplir las leyes. ¿O acaso nadie sabía que Bárcenas era un ladrón? Y luego seleccionar bien al personal. ¿Acaso se ha visto a un ministro de Hacienda que salga a las Cortes a sembrar dudas sobre la honradez fiscal de sus compañeros? ¿Quién ha seleccionado a Montoro? ¿Y cómo es posible que Mato sea ministra? Y no hablo de si está implicada en la Gürtel o no. No puede ser ministro cualquiera. ¿Cómo pudo ser Bibiana Aido ministra? ¿O Trinidad Jiménez ministra de Exteriores cuando se ha presentado varias veces a las oposiciones diplomáticas y las ha suspendido? Por favor, un respeto profesional. Eso es lo primero que debe respetarse en la política. No todo el mundo vale para todo.
-¿Qué debe hacer Mariano Rajoy con el caso Bárcenas?
-Creo que Rajoy y el PP deben dejar de ponerse en manos de este señor (Bárcenas). Si algunos han cobrado, no sé si Rajoy, pues deben adelantarse a Bárcenas, decirlo y dimitir. Y no les va pasar nada porque no es un delito. Y Bárcenas se quedará sin ametralladora y estará dispuesto a meterse en la cama, pero en la cárcel. Pero no pueden quedarse en manos de él. Si han cobrado, deben decirlo, porque estoy convencido de que no han cobrado lo suficiente para que sea un delito fiscal. Deben decirlo ‘hemos cobrado’ y adiós. Bárcenas destrozará a una gente, pero se irá a la cárcel derecho.
-Rajoy debe entonces exigir transparencia a los suyos y practicar la mano dura…
-Supongamos que Rajoy no ha cobrado, pues debe exigir a esa gente que se vaya. Y si lo ha hecho él, pues que se vaya igualmente. Es mejor eso, que tener a una institución tan importante como el PP y más aún porque está en el Gobierno, atada de pies y manos frente a un sinvergüenza.
-¿Qué opina del pacto anticorrupción del que se habla ahora en el Gobierno y en el Congreso?
-Hay leyes anticorrupción y pueden hacer otra más, pero si al día siguiente viene el Bárcenas de turno que hay en cada partido para saltarse la ley y tú miras para otro lado, pues no sirve para nada. Solo hay una ley que impide esto; es una que prohíba que cualquier político tome una decisión de quien hace las cosas o quien se le entrega un contrato. Eso sería muy positivo. Pero los partidos no quieren ni oírlo hablar, porque como han invadido todo, pues no quieren. Sería muy sencillo. Los políticos deciden qué se hace, pero no quién. Lo decidiría una comisión de técnicos y funcionarios, que se pueden corromper, claro, pero no los políticos.
-¿A qué cifra de parados hay que llegar para lograr que Gobierno y oposición se sienten para consensuar medidas?
-Para tomar decisiones contra el paro hace falta dinero. Lo demás es literatura de evasión; eso para empezar. Segundo, yo creo que una cosa son los datos del paro y otra la vida de esas personas. Yo encargaría una encuesta al INE sobre el uso del tiempo de los parados, para ver qué hacen esa gente y nos íbamos a encontrar alguna sorpresa algo agradable. No están mano sobre mano.
-¿Habla con Rubalcaba?
-Cuando me llama Rubalcaba hablo con él. Yo no le llamo. Me llama de vez en cuando. Y le digo las cosas tal cual, como se lo digo a usted.
-¿Y qué le contesta Rubalcaba?
-Me dice que lo de Catalunya es mucho más complicado. Estoy de acuerdo. Pero yo digo que no te puedes detener en las complicaciones. O te avienes, o te avengo, no hay otra salida.